El importe de los derechos de pago básico para las superficies de pastos permanentes debería mejorar en la futura PAC y situarse entre 125 y 150 euros por hectárea para que los ganaderos de extensivo puedan subsistir.
Esto es lo que reclaman un grupo de asociaciones y entidades defensoras de la dehesa y la ganadería extensiva, que consideran necesario ese incremento de las ayudas para el mantenimiento, la conservación y el aprovechamiento de unas superficies que serán esenciales para que España cumpla con las nuevas exigencias medioambientales: los objetivos climáticos y medioambientales del Acuerdo de Paris (2015), el Pacto Verde europeo (2019) y la materialización de las estrategias europeas “de la granja a la mesa” y “biodiversidad”, entre ellos el reto de lograr que el 25% de la superficie agraria sea ecológica de aquí al año 2030.
En un informe que han enviado al ministro de Agricultura ponen de manifiesto que la ganadería extensiva española será más importante en la próxima PAC por su función de conservación ambiental que por el servicio que presta como proveedora de alimentos a la población.
Menos regiones
En su informe, la Fundación Savia, Fedehesa y la Cátedra de Ganadería Ecológica-Ecovalia, de la Universidad de Córdoba, piden una drástica reducción del “excesivo número de regiones que existen en la actualidad (50) haciendo una nueva comarcalización en la que los pastos no pueden quedar representados de la forma injusta en la que se encuentran actualmente, tanto en el número de comarcas (41 para las tierras cultivables y 9 para los pastos) como en el valor medio de los derechos de pago básico (DPB.), con diferencias tan abismales, como ocurre entre lo que cobra la región 2401 (tierras de cultivo), que recibe 1.430,55 euros por hectárea, y lo que cobra la región 103 (Pastos Permanentes), que recibe 60,39 euros por hectárea”.
Piden asimismo que se establezca una región específica para la “dehesa de quercus”, con una ayuda básica “que reconozca el esfuerzo físico y económico de sus buenas prácticas, genuinas y diferenciadas, que se tienen que realizar anualmente para garantizar su conservación medioambiental y su sostenibilidad socioeconómica”. “Esta ayuda básica –añaden- debe descansar, por el bien de la dehesa, sobre las hectáreas de terreno a conservar, y no sobre las cabezas de ganado existentes en la misma, cuyo número debe estar supeditado a las buenas prácticas de manejo empleadas (carga ganadera equilibrada)”. Su importe total debe estar entre 225 y 250 euros por hectárea, para “evitar que desaparezca este ecosistema”.
Consideran, por último, que el techo de ayudas por explotación en la futura PAC “no debe superar los 60.000 euros netos para garantiza un reparto justo de las ayudas a la renta entre todos los productores que dependen de una u otra forma de la agricultura y ganadería extensiva”.