Las patatas fritas con sabor a jamón se podrán seguir vendiendo en la Unión Europea a pesar de la entrada en vigor de una normativa europea que prohíbe el uso alimentario de ocho aditivos con aromas ahumados, según confirmaron el miércoles, 31 de julio, la Comisión Europea y varios fabricantes españoles de aperitivos.
Tanto Bruselas como la Asociación de Snacks española refutaron las informaciones aparecidas en medios de comunicación y en redes sociales sobre una presunta prohibición de las patatas con ese sabor, al recordar que se podrán seguir vendiendo siempre que los aditivos que utilicen para lograr ese aroma tengan autorización para su uso en la UE.
La oficina de la Comisión Europea en España recordó que lo que se ha prohibido son algunos aromatizantes «utilizados para la producción» de las patatas, «por lo que, con una receta que no incluya estos aditivos, se podrán seguir fabricando».
Recordó que la prohibición fue apoyada por los Veintisiete países miembros de la UE y que «se basa en evaluaciones científicas que señalaron que estos aditivos pueden dañar el material genético de los consumidores, elevando el riesgo de sufrir enfermedades como el cáncer».
En todo caso, subrayó que tras la aprobación este año del reglamento hay un periodo de adaptación de dos años para casos como el de las patatas, en el que los aromas ahumados se utilizan para «añadir» sabor; y de cinco años para los productos alimenticios en los que los aromas de humo sustituyen a un proceso de ahumado convencional.
La oficina de la Comisión Europea en España recordó que lo que se ha prohibido son algunos aromatizantes «utilizados para la producción» de las patatas fritas
La propuesta de retirada de estos aromatizantes llegó después de un estudio elaborado por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (AESA) para conocer la seguridad de estos ocho aromas en el mercado comunitario.
Según explicó la propia autoridad europea, tras este análisis, los expertos «no pudieron descartar preocupaciones con respecto a genotoxicidad para cualquiera de los ocho sabores de humo».
La AESA ya ha evaluado en otras ocasiones estos aromas para autorizar su uso o no: las últimas fueron en 2009 y 2012, cuando identificaron «problemas de seguridad» para los productos debido a su «margen de seguridad insuficiente». Esto llevó a la CE y a los Estados miembros a revisar los niveles de uso propuestos por el solicitante y permitir un uso más limitado en los alimentos.