Representantes de las salinas del Valle salado de Añana (País Vasco) y de la producción de la uva pasa de la Axarquía (Andalucía) han recibido en Roma, en la sede de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la distinción como nuevos sitios de patrimonio agrícola mundial.
De este modo, la FAO reconoce los últimos 14 sistemas de patrimonio agrícola elegidos desde 2016 y que completan una lista de 50 sitios repartidos en 20 países.
Los dos sitios españoles fueron seleccionados el año pasado como los primeros de Europa, lo que les convierte en «pioneros en la región» y demuestra el «enorme respeto» que existe en España por las tradiciones, la biodiversidad y los paisajes agrícolas, según el subsecretario español de Agricultura, Jaime Haddad.
A su juicio, los Sistemas importantes del patrimonio agrícola mundial (Sipam) son un «instrumento para preservar y garantizar el futuro de estos sistemas agrícolas particulares que proporcionan una combinación de servicios sociales, culturales, ecológicos y económicos para la humanidad».
Por ello, Haddad instó a promover esos sitios como se hace con el patrimonio cultural designado por la Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), con el que la población está más familiarizada.
Según el subsecretario, tras la designación de las salinas del valle salado de Añana por su genuina forma de obtener sal y de la forma milenaria de producir uvas pasas moscatel en la comarca de la Axarquía, expertos y representantes de otras regiones españolas han mostrado interés en lograr esa certificación.
«Esos sitios aportan seguridad alimentaria, medios de vida para pequeños productores y conocimiento»
La directora general adjunta de la FAO, María Helena Semedo, subrayó que, además de preservar la biodiversidad y múltiples bienes y servicios, esos sitios aportan seguridad alimentaria, medios de vida para pequeños productores y conocimiento, por lo que pidió salvaguardarlos para responder a problemas globales como el cambio climático y el agotamiento de los recursos naturales.
En esta ceremonia también recibieron la distinción de la FAO un sistema agrosilvopastoril en Barroso (Portugal) y el sistema de islas artificiales de las «chinampas» desarrolladas en la Ciudad de México y basadas en la transmisión oral de técnicas tradicionales utilizadas ya por los aztecas, así como otros sitios de China, Egipto, Japón, Corea del Sur y Sri Lanka.