Perspectivas agrícolas: Hacia un mayor protagonismo de los países emergentes en 2033

Perspectivas agrícolas: Hacia un mayor protagonismo de los países emergentes en 2033

En sus perspectivas agrícolas a medio plazo (2024-2033), la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) y la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo) destacan el ascenso de varios países emergentes en detrimento de China en el desarrollo de los mercados agrícolas. También examinan detenidamente los efectos del desperdicio y las pérdidas de alimentos.

La OCDE y la FAO publicaron hace unos días sus perspectivas agrícolas a medio plazo para el periodo 2024-2033. Este informe conjunto ofrece una evaluación de la orientación de los mercados nacionales, regionales y mundiales de productos agrícolas básicos durante la próxima década.

La OCDE y la FAO han publicado sus perspectivas agrícolas a medio plazo para el periodo 2024-2033, que ofrece una evaluación de la orientación de los mercados de productos agrícolas básicos

A grandes rasgos, la principal conclusión de los autores es que durante este periodo se espera que las economías emergentes -en particular la India, el Sudeste Asiático y el África subsahariana- desempeñen un papel más importante en la evolución de los mercados agrícolas.

Por el contrario, el informe conjunto precisa que la influencia de China disminuirá como consecuencia del declive demográfico, un menor crecimiento de las rentas y una estabilización de los hábitos alimentarios. Por lo tanto, ya no se espera que impulse con el mismo vigor el consumo alimentario y agrícola mundial.

El informe conjunto precisa que la influencia de China disminuirá como consecuencia del declive demográfico

El informe también señala que la intensidad de las emisiones de carbono de la producción agrícola debería seguir disminuyendo, debido a que la producción (tanto agrícola como ganadera) se centra más en el aumento de la productividad que en la ampliación de la superficie cultivada. Sin embargo, se espera que las emisiones directas aumenten un 5%.

A pesar de estas mejoras de la productividad, es probable que sigan existiendo grandes diferencias. Según los autores, esto provocará una fragilidad de las rentas agrarias y de la seguridad alimentaria, y aumentará la dependencia de los países en las importaciones de alimentos.

Por último, el informe subraya la importancia del «buen funcionamiento de los mercados internacionales de productos agrícolas» para garantizar la seguridad alimentaria «al tiempo que se apoya la creación de ingresos a partir de diferentes actividades agrícolas y se contribuye a mitigar los efectos de las perturbaciones localizadas, como las malas cosechas o los fenómenos meteorológicos extremos».

Luchar contra el desperdicio

Por otro lado, las perspectivas agrícolas conjuntas de la FAO y la OCDE analizan de forma más específica un escenario que simula los efectos de reducir a la mitad la pérdida y el desperdicio de alimentos para 2030.

En concreto, los autores concluyen que reducir a la mitad estas reduciría las emisiones agrícolas de gases de efecto invernadero en un 4% a escala mundial. Además, esto reduciría en 153 millones el número de personas desnutridas, como consecuencia de la bajada de los precios, lo que llevaría a un aumento de la ingesta de alimentos en los países de renta baja y media.

Sin embargo, los autores matizan estos resultados señalando que la reducción de los precios y la producción podrían afectar significativamente a los medios de subsistencia de los productores.

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