La semana pasada saltaron todas las alarmas en el sector porcino español y en el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación al conocerse que en Macedonia del Norte se habían confiscado 21 toneladas de carne de porcino procedentes, en teoría, de nuestro país y también de otros Estados miembros de la Unión Europea, como Bulgaria y Rumania, y de cerdos que tenían Peste Porcina Africana (PEPA).
Aunque todavía no se conocen los resultados de las investigaciones que se están llevando a cabo, todo apunta a que durante el proceso de compra por parte de ese país, un operador búlgaro ha mezclado carne de cerdo procedente de España, que no debería estar contaminada por Peste Porcina Africana, ya que en nuestro país esta enfermedad está erradicada desde hace muchos años y no se han declarado focos en los últimos tiempos; con otra de animales sacrificados en Bulgaria y Rumania, donde sí que se han declarado casos de esta epizootía.
Están en juego todas las exportaciones españolas de carne de porcino, especialmente las dirigidas a China
Urge que todo este lío se aclare cuanto antes por parte de quien corresponda, Bruselas y los países afectados por la situación, entre ellos el nuestro. Están en juego todas las exportaciones españolas de carne de porcino, especialmente las dirigidas a China, nación que se ha convertido en uno de los principales mercados en el exterior durante los últimos años. Y es de sobra conocido cómo son de quisquillosas las autoridades de Pekín cuando se trata de la sanidad animal y vegetal, aunque en ese país no sean precisamente un modelo de virtudes en esos aspectos. Un cierre de China a la entrada de porcino español sería catastrófico.
Por otro lado, es necesario que desde Bruselas sean conscientes de que el virus de la Peste Porcina Africana campa a sus anchas en una parte del territorio comunitario y se pongan las pilas para hacer frente a la situación.
Artículo de opinión publicado en el diario `La Razón´ el 14 de octubre de 2019. El Galgo Apeles: César Lumbreras
