La fabricación de pienso reutilizando productos de alimentación humana es una práctica consolidada en España, aunque no ha adquirido «protagonismo» hasta hace unos meses cuando el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA) aprobó una Orden para potenciar el uso de sobrantes.
Actualmente un saco de pienso en España está elaborado hasta un 5% de su contenido con productos reutilizados de alimentación humana, según el director general de la Confederación de Fabricantes de Alimentos Compuestos Para Animales (Cesfac), Jorge Saja.
Entre los productos de alimentación humana que se reutilizan para alimentar a los animales están las galletas, mantequillas, pescado, patatas, lactosueros o bagazo de cerveza, ha apuntado.
Según el director de CESFAC, esta práctica «no es nueva» y, por ello, no cree que la Orden «ayude mucho» a aumentar los volúmenes de pienso generado con estos subproductos. No obstante, ha valorado positivamente la normativa porque ayuda a mejorar el conocimiento sobre el papel que desempeña la industria de los fabricantes de piensos en favor de la sostenibilidad.
Las claves del proceso de reciclaje es reducir un 90% la cantidad de agua del coproducto para que no se degrade
Por otro lado, el centro tecnológico vasco Azti Tecnalia también tiene experiencia en la reutilización de productos del sector pesquero, lácteo, vegetal o vitivinícola, para elaborar harinas para piensos.
Uno de sus investigadores, David San Martín, ha apuntado que una de las claves del proceso de reciclaje es reducir un 90% la cantidad de agua del coproducto para que no se degrade: esa deshidratación permite almacenar la harina obtenida durante un largo tiempo.
Entre sus proyectos futuros está el de conseguir una planta para el procesamiento de 25.000 toneladas al año de bagazo y levadura de la cerveza, mientras que están negociando con inversores la construcción de otra planta de procesado de 20.000 toneladas al año de subproductos.
Por último, la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) ha señalado que la integración de los subproductos resulta «una gran apuesta» de esta industria por asentar un modelo producto en línea con la economía circular.