El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha mostrado su preocupación por el fraude detectado en Francia en relación a la venta de vino rosado, que «sólo afecta a los importadores franceses» y, «en absoluto», ni a los productores ni a los exportadores españoles.
El titular de Agricultura se ha referido a la noticia conocida este fin de semana de que los servicios antifraude franceses descubrieron una estafa de gran escala por la que se vendió vino rosado importado de España a granel que se presentaba como si fuera francés.
Según el ministro, este tipo de actuaciones pueden afectar a la imagen del vino español, que, «como consumidor», defiende por su «impresionante» relación entre calidad-precio, aunque haya también exportaciones a granel en las que «en ocasiones» se realizan fraudes de etiquetado.
Por ello, Planas ha instado a las autoridades francesas a controlar que el etiquetado refleje la realidad del producto en sí, una medida aplicable también a otro tipo de productos.
Vino rosado español vendido como francés
La Dirección General de la Competencia, el Consumo y la Represión de Fraudes (DGCCRF), que llevó a cabo una investigación en 2016 y 2017, estimó que más de 70.000 hectolitros de vino español fueron «maquillados», lo que equivale a 10 millones de botellas.
La razón que está detrás de este fraude de grandes dimensiones es que el rosado español se compraba en 2016 por una media de 34 céntimos de euro el litro, cuando el francés valía de 75 a 90.
Tras recibir alertas de este tipo de engaños desde finales de 2015, los servicios antifraude franceses llevaron a cabo inspecciones en todos los eslabones del sector, desde los productores a los importadores, pasando por los restaurantes o los grupos de distribución. Los resultados concluyeron que en un 22 % de los establecimientos visitados se constataron anomalías más o menos graves.