El próximo sábado se cumplirán dos meses desde que comenzaron las movilizaciones de los agricultores y ganaderos. Pues bien, a fecha de hoy, Luis Planas y su equipo no han presentado una sola oferta formal por escrito a los representantes del sector, entendiendo como tales a las tres organizaciones agrarias reconocidas como son ASAJA, COAG y UPA; tampoco a la Unión de Uniones, que está por reconocer, y mucho menos a las distintas plataformas que ha ido surgiendo a lo largo de estas semanas en casi todas las provincias.
Lo único que hay encima de la mesa es una propuesta para modificar el Plan Estratégico de la PAC, impuesto a su vez por Planas, que se ha remitido a las Comunidades Autónomas. Pero, insisto, los representantes del sector agrario no tienen un solo papel oficial, ni sobre la simplificación de la PAC, ni tampoco sobre el resto de reivindicaciones, que son, en unos casos, competencia del Ministerio de Agricultura y, en otros, del departamento de Teresa Ribera. Eso sin olvidarnos de las peticiones de carácter fiscal, sin respuesta por parte de «Marisú» Montero; de las relativas a la Seguridad Social agraria o de las relacionadas con el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y de las inspecciones de trabajo, en manos de Yolanda Díaz. En resumidas cuentas: Planas, nada de nada; y el resto del Gobierno, más de lo mismo, es decir, nada de nada.
Luis Planas y su equipo no han presentado una sola oferta formal por escrito a los representantes del sector
Puestos a cavilar, podría pensarse que el ministro no se ha enterado de las protestas de los agricultores y ganaderos. Debería ser el único en toda España. Descartada esta posibilidad, habría que centrarse en la segunda hipótesis: que le importan un bledo estas movilizaciones, pero no creo que sea tan irresponsable. Llegados a este punto, cabe pensar en una tercera hipótesis: que está jugando al desgaste, aprovechando que todas estas protestas parecen protagonizadas por el «ejército de Pancho Villa». Y ahí es dónde está el meollo de la cuestión ahora mismo. O sea, que una vez más, se ha puesto de perfil, por lo menos hasta ahora, como ha hecho a lo largo de su dilatada carrera política, esperando a que escampe y confiando en que las protestas se diluyan por cansancio y fatiga. Sea por lo que sea, la realidad y lo que importa, insisto, es que, a fecha de hoy, el sector agrario no tiene una sola propuesta formal por parte de Planas y del Gobierno de Sánchez; vamos, nada de nada, o traducido al francés, «rien de rien».
