El Gobierno ha aprobado este martes -24 de enero- los 12 planes hidrológicos de tercer ciclo (2022-2027), que «definen caudales ecológicos para todas las masas de agua, determinando caudales mínimos y máximos, de forma que se aseguren la protección de las masas de agua, los ecosistemas y el territorio».
En el caso del Tajo, se elevará el caudal ecológico a su paso por Aranjuez (Madrid) de manera gradual: de seis a siete metros cúbicos por segundo en 2023, a ocho en 2026 y a 8,65 en 2027. Este incremento gradual supone, en consecuencia, la disminución del agua que se trasvasa al Levante.
El Consejo de Ministros ha aprobado el Real Decreto que contempla la planificación hidrológica del Cantábrico Occidental, Guadalquivir, Ceuta, Melilla, Segura, Júcar, además de la parte española de los ríos compartidos con Portugal (Miño-Sil, Duero, Tajo, Guadiana) y con Francia (Cantábrico Oriental y Ebro).
El informe elaborado la semana pasada por el Consejo de Estado avaló por unanimidad la puesta en marcha de los Planes Hidrológicos, aunque alertando de la «falta de coordinación» entre ellos, lo que podría provocar «una afección relevante» en el caso del trasvase Tajo-Segura y afectar al «interés general».
Por ello, el texto instaba a coordinar estos planes, además de fijar «criterios técnicos y metodologías más detalladas para la determinación de los caudales ecológicos». Los servicios jurídicos del Ministerio para la Transición Ecológica han analizado este dictamen antes de remitir la propuesta definitiva al Consejo de Ministros.
Según la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, han leído con atención las recomendaciones del Consejo de Estado, que «no son observaciones esenciales». A su juicio, “es un enfoque adecuado desde el punto de vista de cómo gestionar las expectativas de las distintas cuencas hidrográficas, respetando la existencia de los caudales ecológicos en el Tajo, imprescindible, y de aplicación gradual hasta 2027”.
El Gobierno debería haber remitido los planes antes de finalizar 2022
Una vez aprobados los planes de cuenca, serán comunicados también a la Comisión Europea, si bien esta información llegará con retraso a Bruselas ya que el Gobierno debería haberlos remitido antes de finalizar 2022.
Sobre las pérdidas que generará el progresivo recorte de agua del trasvase, la ministra señaló que su compromiso es que no haya pérdidas de empleo, ni de productividad, sino al contrario, «una capacidad de modernización, de preparación mucho más eficiente que aporte soluciones a la calidad del agua».
Antes de la reunión del Consejo de Ministros, los regantes del levante se manifestaron a las puertas del Palacio de la Moncloa en contra del Plan del Tajo. Esta movilización se suma a la protesta que también tuvo lugar el 11 de enero en Madrid frente a la sede del Ministerio para la Transición Ecológica.
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