Cuanto más cerca estén las plantaciones de colza y girasol de un foco de vegetación natural que funcione como hábitat de insectos polinizadores, mayor será la calidad de sus aceites, según el avance de resultados del proyecto europeo ‘Poll-Oil-GI’ obtenidos en las provincias de Burgos y Cuenca.
La iniciativa, financiada por el Programa de Cooperación Territorial del Espacio Sudoeste Europeo (Sudoe), se desarrolla en distintos puntos de España, Portugal y Francia con el objetivo de estudiar el impacto que estas especies de insectos tienen en el rendimiento de los cultivos de oleaginosas o vegetales de cuya semilla o fruto puede extraerse aceite.
El proyecto funciona a partir de tres experiencias piloto -dos desarrolladas en España y la tercera en Francia- que incluyen en los campos de cultivo sendas «islas» de vegetación con plantas en floración que atraen a los polinizadores para lograr unas poblaciones estables de estas especies y estudiar así su impacto.
«Hemos visto que la distancia entre el campo y las islas donde se encuentran los insectos tiene un efecto directo, pues cuanto más cerca está la plantación de los focos de vegetación, el rendimiento del girasol, por ejemplo, puede aumentar hasta un 12 %», según el coordinador de la iniciativa y profesor de la Universidad de Burgos, Carlos Rad.
Los expertos que participan en el proyecto pretenden obtener resultados concluyentes que permitan apoyar medidas para «frenar el descenso en las poblaciones de polinizadores asociados a los cultivos de oleaginosas».
Rad espera que los primeros resultados queden certificados en el estudio que elaborará el equipo en septiembre, con intención de recrear una infraestructura verde «que garantice la sostenibilidad y aumente el número de insectos para mejorar la polinización, la conservación de la biodiversidad, la protección del suelo y la reducción de contaminación».
Los polinizadores ayudan a la producción de más del 80% de las plantas en el mundo
El coordinador del proyecto ha recordado que Europa es líder mundial en producción de colza con 6,5 millones de hectáreas cultivadas y que además produce girasol en 4,1 hectáreas.
Estos productos se dedican a usos alimentarios pero también industriales y de hecho la producción de biodiésel europea depende de ellos, ya que suponen el 68 % de todo lo que se genera en el viejo continente: Francia figura en el segundo puesto y España en el quinto en la lista de productores europeos.
«Aunque la polinización animal no es estrictamente necesaria para ninguna de estas plantas, la producción de semillas puede disminuir ante su ausencia», aclaró Rad.
Los polinizadores ayudan a la producción de más del 80 % de las plantas en el mundo, entre las que se incluye una amplia variedad de cultivos para la alimentación de los seres humanos y del mundo animal.