La cabaña de porcino de China evolucionó a la baja a lo largo de casi todo el año 2019, debido a la persistencia de la peste porcina africana en el país, pero a finales del mismo empezó a recuperarse y para finales del presente año 2020 se espera un incremento del 9% respecto al anterior, según recoge un informe del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) basándose en datos tanto oficiales como empresariales del país asiático.
Sin embargo, los sacrificios y la producción seguirán disminuyendo este año y las importaciones podrían alcanzar una cifra récord de 3,9 millones de toneladas.
Aunque las autoridades chinas están dando cuenta de menos casos de peste porcina africana en el país desde la segunda mitad de 2019, el informe del USDA señala que la enfermedad y las complicaciones que provoca siguen muy presentes en China. Apunta también que las grandes explotaciones están invirtiendo en bioseguridad y en medidas para el control de la peste porcina que están siendo efectivas.
En cualquier caso, el sector duda de las cifras oficiales; considera que el número de focos es superior al confirmado por el Ministerio de Agricultura y lamenta que esa falta de transparencia está siendo un obstáculo para controlar la enfermedad.
Desde que se confirmara el primer foco en agosto de 2018, el Ministerio de Agricultura chino ha informado oficialmente de 171 focos hasta el pasado 20 de marzo a la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE).
De acuerdo con los datos que publica el USDA, la cabaña abrió el año con 310,4 millones de animales, un 27% menos que a principios de 2019 y lo cerrará con 337 millones, un 9% más.
Caída de la producción y del consumo
Por su parte, los sacrificios caerán este año en un 24% respecto al pasado y la producción en un 20% (hasta los 34 millones de toneladas). Como consecuencia de ello, el consumo también continúa a la baja. Este año podría ceder en un 16% (porcentaje que se eleva al -30% si se consideran los niveles normales de consumo, los de 2018).
A pesar de la caída del consumo, sigue habiendo un significativo desfase entre oferta y demanda que ha provocado una fuerte subida de los precios, lo que a su vez influye también en un menor consumo. Se ha llegado a niveles de precios récord que persistirán a lo largo del presente año.
El Gobierno trata de estabilizarlos sacando al mercado carne de cerdo congelada de las reservas públicas, pero son cantidades limitadas que apenas tienen impacto y solo a corto plazo.