Alemania volvió esta semana a registrar una importante subida en porcino, en un contexto de falta de oferta y demanda que se amplificará con el final gradual de las vacaciones de verano en los diferentes länder (Estados federados alemanes), en esta ocasión de 6 céntimos cotizando a 1,55 euros por kilo, después de la sorprendente subida de 5 céntimos de la semana anterior, pero aún se sitúa lejos de los 1,70 euros de la misma semana del año pasado.
El mercado bretón, por su parte, anotó un incremento mínimo de 2 milésimas de céntimo fijando un precio medio de 1,225 euros. Fuentes de este mercado señalan que la disminución en el peso de los animales continua lo que indica claramente la debilidad de la oferta. Sin embargo, las necesidades deberían aumentar ante el regreso vacacional con la reapertura gradual de los distintos colectivos y la preparación de las promociones de septiembre.
Pero este no es el caso en el mercado nacional, donde la demanda es tranquila pero constante y suficiente para cubrir la demanda que tampoco es excesiva, alcanzado un equilibrio que ha motivado una repetición generalizada en los precios del porcino de capa blanca.
Mercolerida no se celebró y cerró la semana pasada con precios para dos semanas.
Mercado exterior
Los precios del porcino en Estados Unidos se sitúan actualmente por debajo de 0,90 euros/kg. Lo contrario ocurrió recientemente en Alemania que aumentó la friolera de 8 céntimos/kg situándose a 1,49 euros/kg. El calor causó pérdidas en los cerdos de engorde porque los animales no tenían los pesos necesarios para su sacrificio.
Por otro lado, la producción en EEUU se ha extendido de manera expansiva. Solo en el año actual, los sacrificios deberían ser un 5% más altos que hace un año. Eso sería un plus de 5 millones de cerdos de engorde adicionales en 2017 con una matanza de 121 millones en 2017.
Al mismo tiempo, el comercio mundial se estanca a raíz de las guerras comerciales. Casi a diario puede leer nuevos anuncios de aranceles adicionales de importación de EE.UU sobre las medidas de represalia de China y Pekín.
Así, los extremadamente altos aranceles de importación de China sobre la carne de cerdo de los Estados Unidos virtualmente han paralizado el comercio desde julio.