El potencial de producción de frutos secos aumenta en España impulsado por el considerable consumo de la demanda de estos productos a nivel internacional y, sobre todo, en la Unión Europea, según constata un estudio del Ministerio de Agricultura, que analiza la realidad productiva del sector.
De acuerdo con el mismo, el pistacho es uno de los cultivos que más se ha desarrollado en los últimos años y alcanza ya las 48.000 hectáreas plantadas, con crecimientos en el año 2020 del 31% en secano y del 20% en regadío y con un 63% de la superficie que aún no ha entrado en producción.
El almendro se mantiene como el cultivo mayoritario, con cerca de 600.000 hectáreas analizadas en este estudio. Aunque en menor proporción a años anteriores, en 2020 su superficie aumentó en un 3% en secano y en un 10% en regadío. Las nuevas plantaciones de almendro suponen el 18% del total de la superficie plantada, aunque en el caso del regadío representan el 26%. El estudio destaca, por otro lado, el cambio varietal que se observa en esas nuevas plantaciones de almendro. Considerando las superficies de secano, aunque la variedad guara sigue siendo mayoritaria, otras variedades tradicionales como la comuna, largueta y marcona apenas representan un 5% del total de las nuevas plantaciones realizadas entre 2017 y 2020, mientras que suponen el 41% de las superficies de mayor antigüedad. La variedad lauranne alcanza el 20% de las nuevas plantaciones y otras como avijor, pentacebas CSIC y vairo suman el 17%. El Ministerio subraya que el cambio varietal es reflejo de una clara adaptación, tanto al equilibrio del mercado y su estructura de demandas, como a las condiciones de cada territorio y zona de producción.
Del estudio también se desprende que el nogal es otro cultivo claramente en expansión, con una superficie registrada de 9.550 hectáreas, de las que el 27% son nuevas plantaciones que todavía no han entrado en producción. En el caso del avellano, sin embargo, la superficie se ha estancado (incluso ha disminuido en secano). En cuanto al algarrobo y el castaño, que también se analizan en el estudio, no hay conclusiones claras porque los datos no son suficientemente representativos.
En su estudio el Ministerio de Agricultura utiliza las superficies declaradas a través de las solicitudes únicas de la PAC desde 2019 (cuando se introdujo la obligación de declararlas) y las inscritas en la Registro General de la Producción Agrícola (Regepa), que permiten disponer de información sobre variedades y años de plantación, aunque no cubren el 100% de la superficie de frutos secos recogida en los informes anuales de superficies (aunque en el caso del pistacho llegan al 97% y en el del almendro al 83%; ver cuadro).
