César Lumbreras: El PP aumenta su poder territorial frente a Planas

Tras la ruptura de Abascal con Feijóo, los populares asumen las tres consejerías de Agricultura que hasta ahora estaban en manos de Vox

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Conferencia Sectorial de Agricultura y Desarrollo Rural en Pamplona. Foto de archivo (MAPA)

Tras lo sucedido de la semana pasada y el abandono de Vox de los gobiernos regionales en los que participaba, el PP pasa a tener once de los diecisiete sillones de la representación autonómica en la Conferencia Sectorial de Agricultura y Desarrollo Rural, lo que otorga a este partido político un enorme peso. A las ocho consejerías que ya poseían de forma directa, las de Andalucía, Extremadura, Murcia, Madrid, Galicia, Cantabria, La Rioja y la Islas Baleares, se han sumado las de Castilla y León, Comunidad Valenciana y Aragón. Estas tres últimas se encontraban en manos de Vox y ahora han pasado a los populares. Ya resultó llamativo en su momento que los del partido capitaneado por Santiago Abascal exigiesen que las Consejerías de Agricultura fuese a parar a sus manos, siendo en algunos casos uno de los principales problemas que hubo para llegar a los acuerdos y formar las coaliciones.

Desde el punto de vista de Vox, tenía su explicación, porque se presentaban como el grupo que defendía los intereses del campo y pensaban que los agricultores y ganaderos eran uno de sus principales graneros de votos. En algunos casos, como el de Extremadura, María Guardiola decidió que no ofrecería esa consejería a Vox y se desgajó una dirección general, que se denominó de Medio Forestal, para colocar al consejero propuesto por Vox. Este último ha decidido continuar en su puesto y ha anunciado que esta semana oficializará su baja en ese partido.

Ahora todo eso ha saltado por los aires debido a la posición de los de Abascal sobre los «menas» y la inmigración y su abandono de los gobiernos de coalición en los que participaba mientras el PP ya ha nombrado a los sustitutos. Ello va a reforzar la posición de este partido en la citada conferencia sectorial, uno de los principales instrumentos para hacer oposición a las políticas de Luis Planas.

Hasta ahora este último ha ignorado las peticiones de los consejeros populares, y también de los tres de Vox, para convocar una reunión monográfica en la que se abordasen los principales problemas del sector agrario español, que son muchos y muy importantes. El ministro de Agricultura ha hecho oídos sordos a estas demandas para, entre otras cosas, consensuar las modificaciones del Plan Estratégico Nacional de la PAC (PEPAC) que se debían enviar a Bruselas, ha dejado pasar el tiempo y finalmente hace diez días presentó a los consejeros estos cambios. Estos últimos los aprobaron, pero no porque estuviesen de acuerdo con ellos, ya que los consideraban muy menores y claramente insuficientes, sino para evitar que los agricultores y ganaderos comenzasen en septiembre la que sería la tercera campaña consecutiva sin conocer todas las reglas del juego que debían respetar para luego poder solicitar las ayudas de la PAC.

Los consejeros del PP, salvo el de las Islas Baleares, Juan Simonet, que se ha convertido en uno de los más firmes aliados de Planas, y los tres de Vox lo pusieron de manifiesto por separado. Ambos grupos destacaron que daban su visto bueno a lo propuesto por Planas para que los agricultores y ganaderos tuviesen seguridad jurídica, algo de lo que han carecido durante las dos últimas campañas, cuando han tenido que planificarlas sin que se hubiese publicado la totalidad de la normativa. En esta misma reunión de la Conferencia Sectorial de Agricultura celebrada en la capital de Navarra pocos días antes de San Fermín, y conocida ya como la «encerrona o el encierro de Pamplona», una amplia mayoría de consejeros, incluidos algunos socialistas, rechazaron, las propuestas que presentó el equipo ministerial sobre las modificaciones en el sistema de seguros agrarios, que hacían recaer un mayor peso de la financiación del sistema sobre las autonomías.

Por otro lado, este encuentro fue, en principio, el último en el que participó Fernando Miranda como secretario general de Recursos Agrarios, ya que pasará próximamente a desempeñar el puesto de consejero agrícola en Ginebra. Miranda ha sido el más estrecho colaborador de Planas para asuntos de política agraria durante los últimos seis años y su auténtica muleta y sostén. Hasta tal punto llegó su grado de colaboración que el ministro dio una batalla política por una vez en su vida: la creación de la Secretaría de Estado de Agricultura y Alimentación, que tenía destinada para Miranda.

Sin embargo, Planas perdió la segunda parte de la batalla, ya que desde Ferraz y desde Moncloa impidieron que Miranda ocupase ese cargo, que al final ostenta Begoña García Bernal, que había sido consejera en Extremadura. Entonces Planas se enfadó y dejó sin competencias la citada Secretaría de Estado.

Información de César Lumbreras publicada el 15 de julio en La Razón

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