Los servicios veterinarios oficiales alemanes han notificado un foco de peste porcina africana (PPA) en un cebadero de cerdos en una zona hasta ahora libre de la enfermedad.
Alemania ya había notificado anteriormente, en julio de 2021, otros tres focos en porcino doméstico en tres pequeñas explotaciones en el estado de Brandeburgo, cerca de la frontera con Polonia.
Según ha precisado el Ministerio de Agricultura español, la explotación ahora afectada se localiza en el municipio de Lalendorf, en el estado de Mecklemburgo-Pomerania Occidental, en una zona que se encontraba libre de la enfermedad y a unos 130 km de distancia de la zona más cercana sujeta a restricciones hasta ahora.
El foco se ha dado en una explotación de cebo que cuenta con un censo de 4.038
animales, donde se detectó la muerte súbita de varios animales que finalmente dieron positivo a la enfermedad.
El Ministerio añade que, desde el inicio del brote y hasta el 16 de noviembre de 2021, Alemania ha notificado un total de 2.534 focos en jabalíes (403 en 2020 y 2.131 en 2021), todos ellos localizados en la zona este del país, próximos a la frontera con
Polonia, y cuatro focos (incluyendo este último) en porcino doméstico.
Las autoridades alemanas han adoptado de forma inmediata las medidas de
control contempladas en la normativa comunitaria, que incluyen el sacrificio
de los animales in situ, el vacío sanitario de la explotación, el refuerzo de medidas
de bioseguridad y vigilancia y el establecimiento de zonas de protección y vigilancia,
con la aplicación de las consiguientes medidas de restricción de movimientos de
animales y productos.
Según han informado las autoridades alemanas, la zona afectada no cuenta
con una elevada densidad de animales y los controles de vigilancia efectuados
en las poblaciones de jabalíes silvestres del entorno han resultado negativos a
la enfermedad hasta ahora.
El Ministerio de Agricultura ha vuelto a recordar la importancia de aplicar unas adecuadas medidas de bioseguridad en las explotaciones de porcino, en el transporte animal, así como en relación a los cazadores que viajen a países afectados o de riesgo por la presencia de la enfermedad y que pudieran contribuir, involuntariamente, a la expansión de la enfermedad al regresar a nuestro país.
También recuerda la importancia de garantizar el buen funcionamiento de los sistemas de vigilancia pasiva para detectar tempranamente la enfermedad ante una hipotética entrada en España, para lo que es vital que se comunique a los servicios veterinarios cualquier indicio tanto en las explotaciones y medios de transporte de animales, como en el medio natural en los jabalíes silvestres.