El pleno del Parlamento Europeo ha aprobado una resolución en la que pide un marco legislativo comunitario para hacer frente a las prácticas comerciales desleales en el seno de la cadena alimentaria y para garantizar que los agricultores y los consumidores europeos se benefician de condiciones de compra y de venta justas.
En el texto, adoptado por 600 votos a favor, 48 en contra y 24 abstenciones, los eurodiputados subrayan que las iniciativas que se han puesto en marcha hasta ahora no han sido efectivas y consideran necesario trabajar más en mejorar las relaciones entre productores, proveedores y distribuidores.
Subrayan que los desequilibrios en la cadena deben resolverse y recalcan que las ventas por debajo del coste y el uso de alimentos básicos, como la leche, las frutas o las hortalizas, como “producto reclamo” por parte de las grandes cadenas de distribución, es una seria amenaza para los productores europeos.
La resolución pone de manifiesto que muchos agricultores y pequeñas y medianas empresas no tienen capacidad negociadora en la cadena de distribución, lo que les hace especialmente vulnerables a las prácticas desleales. Ello puede acabar perjudicando al conjunto de la economía y también perjudica a los consumidores, al limitar su capacidad de elección de productos.
Los eurodiputados subrayan que las iniciativas voluntarias y de autorregulación han dado “resultados limitados” debido a factores diversos: aplicación inadecuada, representación baja de los agricultores, conflicto de intereses entre las partes, mecanismos de solución de diferencias que no funcionan al no reflejar el “factor miedo” del proveedor y el hecho de que no se aplican al conjunto de la cadena. De ahí la necesidad de un marco legislativo europeo.
Entre las prácticas desleales que se citan en la resolución parlamentaria figuran el retrasar los pagos, restringir el acceso al mercado, modificaciones unilaterales o retroactivas de los contratos, anulación repentina de los mismos y presiones para bajar los precios. Acabar con ellas, añaden los eurodiputados, permitiría también prevenir la sobreproducción y el desperdicio alimentario.