Hoy pido que presten atención a una serie de noticias muy importantes para los intereses de todos y que no quiero que pasen desapercibidas. La primera, que nos afecta a todos, es la subida de los precios de la mayor parte de los alimentos y de la cesta de la compra, que no va a ser cosa, ni de un día, ni de dos, porque ha venido para quedarse un tiempo bastante largo. Habrá que acostumbrarse a pagar más por la harina, el pan, el aceite de girasol, la carne de pollo y los huevos, por poner tan solo unos ejemplos. No es algo exclusivo de España, como lo demuestra la noticia que conocimos ayer: los precios mundiales de los alimentos han alcanzado en marzo su nivel más alto desde 1990, según el índice que publica la FAO; la subida se debió principalmente al encarecimiento de los aceites vegetales y los cereales, por la guerra en Ucrania, sobre todo.
También suben los costes de producción a los que se enfrentan los agricultores y ganaderos, porque se ha disparado los precios de los piensos, el petróleo y sus derivados, como el gasóleo, el gas y, mucho ojo, los fertilizantes, que no van a bajar a corto plazo. Y ya que hablo del gas, Argelia nos va a subir su precio, pero es que entre las medidas de represalia que ha tomado este país por el cambio de posición del Gobierno de Pedro Sánchez en relación con el Sahara, figura también otra que está pasando desapercibida: el cierre de este mercado a las exportaciones españolas de vacunos vivos. ¿Se habrán enterado ya Planas y sus mariachis?
Otra noticia que afecta en este caso a los ganaderos y sobre la que ya avisamos el pasado sábado aquí: las explotaciones bovinas, porcinas y avícolas con más de 150 unidades de ganado mayor estarán sometidas a criterios más estrictos sobre emisiones contaminantes, según la propuesta que ha presentado la Comisión Europea sobre emisiones industriales; dicho de otra manera, y para que nos entendamos: se trata a estas explotaciones como si fueran industrias contaminantes. Con la que está cayendo ahora mismo, cuando lo prioritario es, sí, luchar contra el cambio climático, pero también contra el hambre en el mundo y contra la carestía de los alimentos, van los de Bruselas y dan otra vuelta de tuerca a sus exigencias verdes.
Y no es la única, porque, y esta es otra noticia, la Comisión Europea ha pedido a la mayor parte de los Estados miembros que sus planes estratégicos de la PAC sean mucho más, repito, mucho más, verdes, en perjuicio de la producción de alimentos. Como buenos chicos, Planas y sus mariachis ya se han puesto manos a la obra para cumplir y, aunque están simulando de cara al exterior que hablan con las Comunidades Autónomas y con las organizaciones agrarias, la realidad es que tienen ya preparados esos cambios que piden desde Bruselas y que suponen, repito, otra vuelta de tuerca más verde. En el futuro Planas y sus mariachis tendrán que responder de sus actos, porque, por si no son conscientes de ello, no van a estar en sus puestos toda la vida.
Por César Lumbreras
