Ahora que ya ha comenzado el nuevo curso de política agraria me reitero en lo que dije en El Pregón del pasado 31 de julio, a las puertas de las vacaciones: hace falta un debate en el Senado sobre las ayudas de la PAC. Recuerdo ahora el texto en cuestión: “aunque no lo parezca, el Senado existe. Y, en el seno del Senado, existe una llamada Comisión General de Comunidades Autónomas, que tiene como uno de sus objetivos principales debatir sobre las ayudas que llegan de la Unión Europea (UE) y su reparto entre las Comunidades Autónomas. Por ello, sería bueno que el PP y los otros grupos políticos, del PSOE no cabe esperar apoyo porque Luis Planas lo impediría, pidiesen la convocatoria de esa Comisión para que acudan tanto el ministro de Agricultura, que tiene obligación de hacerlo, como los consejeros de las Comunidades Autónomas, aunque estos últimos no están obligados a ello, para informar sobre el estado actual de las negociaciones para elaborar el Plan Estratégico nacional de la PAC. Sería una buena manera de acabar con el embrollo y saber a ciencia cierta lo que se pactó, o no se pactó, en el acuerdo, o no acuerdo, sobre ese Plan Estratégico durante la Conferencia Sectorial de Agricultura y Desarrollo Rural, que se celebró el pasado 14 de julio”.
A lo anterior cabría añadir que se puede convocar también a las organizaciones agrarias para debatir en el Senado esa figura que ha cobrado fuerza en las últimas semanas, la del agricultor profesional, entendiendo como tal a aquel que vive en exclusiva de la actividad agraria, independientemente de que sea pequeño, mediano o grande. No se trata de pedir una discriminación positiva a favor de esta figura del agricultor profesional en la nueva PAC, aunque también podría plantearse. Se trata de que el agricultor profesional no quede en peor situación que otros colectivos. Hay un complemento de ayuda para los jóvenes; otro, para las mujeres y también se concentrará el apoyo en los agricultores a tiempo parcial. De acuerdo en todo lo anterior. Pero también habrá que estar de acuerdo en que el agricultor profesional no resulte discriminado. El debate está servido. El Senado y esa Comisión General de las Comunidades Autónomas podría ser un buen marco.
Por César Lumbreras
