Cuando falta poco más de un mes para que comience el nuevo año, no tenemos, ni Presupuesto para 2021, ni está aprobado el Fondo de Recuperación de la UE, ni tampoco hay un acuerdo sobre el Brexit, del que dependen los 4.000 millones de euros de exportaciones agroalimentarias españolas. Ese es el resumen en plan telegráfico de la situación actual. Por si lo anterior no fuese suficiente, el vicepresidente de la Comisión Europea y hombre fuerte de la misma, el holandés Timmermans, ha amenazado con retirar la propuesta de la Comisión sobre la nueva PAC, que ya han negociado el Consejo de Ministros y el Parlamento Europeo, si no se respeta la ambición verde de esta política fijada en el Pacto Verde Europeo.
Mientras esto sucede por ahí fuera, aquí, en España, hemos asistido a otro espectáculo lamentable y vergonzoso, por calificarlo de forma suave, protagonizado por Luis Planas. El martes estuvo en el Senado y habló de la subida del IVA para las bebidas azucaradas. Allí, en sede parlamentaria, lo que confiere más gravedad al asunto, dijo que “el aumento del IVA a las bebidas azucaradas va a tener una repercusión muy limitada en el sector azucarero y no existe ninguna correlación entre los cambios en el consumo de bebidas azucaradas y la evolución del precio de la remolacha”. Y, para argumentarlo, añadió que “solo se destina una pequeña cantidad de azúcar, entre 2.600 y 5.400 toneladas”, para elaborar las bebidas azucaradas. Repito: Luis Planas dijo que en España solo se utilizan entre 2.600 y 5.400 toneladas de azúcar en la elaboración de bebidas azucaradas.
Desconozco de dónde habrá sacado el ministro las cifras, pero, una vez más, mintió de la forma más burda. Según cifras del sector azucarero, los fabricantes de bebidas refrescantes compran cada año entre 280.000 y 350.000 toneladas. Repito e insisto, entre 280.000 y 350.000 toneladas de azúcar, cuando el ministro había dicho entre 2.600 y 5.400 toneladas. Una de dos, o Luis Planas, llevado de su carácter indolente, pasota y siguiendo su costumbre de ponerse de perfil, no se entera de casi nada, lo que ya sería grave, o Luis Planas se entera más de la cuenta y ha mentido deliberadamente en sede parlamentaria para defender la subida del IVA a las bebidas azucaradas, y a otros productos como los zumos, que ha planteado su compañero de Gobierno, el ministro de Consumo, Garzón. ¿Con cuál de las dos hipótesis nos quedamos, con la del pasotismo y escasa laboriosidad de Planas, o con la de la mentira zafia y burda, también de Planas, como es norma habitual de este Gobierno formado por sanchistas y comunistas? Desde luego, lo que está claro es que Planas no se caracteriza precisamente por defender y apoyar al sector agrario, en este caso a los remolacheros.
