Tras casi 20 años de negociación, el Acuerdo de la UE y Mercosur se encuentra en un punto muy cercano a la firma. El sector agrario español, representado por las organizaciones ASAJA, COAG, UPA y Cooperativas Agro-alimentarias de España se ha dirigido al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para expresarle la preocupación de los productores agrarios ante la firma de un acuerdo desequilibrado que no tenga en cuenta ciertas producciones agrarias, especialmente algunas mediterráneas.
El impacto del acuerdo no solo pondría en peligro dichas producciones sino también el tejido económico de las zonas productoras, algunas ya muy castigadas, e incluso el modelo productivo europeo mássostenible y respetuoso con el medio ambiente.
“De todos es conocido que el Gobierno español ha sido durante años, y lo es ahora junto con Alemania y otros socios europeos, defensor de alcanzar un acuerdo con Mercosur, pero debemos recordar que también existe otro bloque de países comunitarios encabezado por Francia y Bélgica que ha expresado su preocupación por aspectos concretos del acuerdo.
Desde el sector agrario español somos partidarios de un comercio internacional justo y equitativo pero sostenemos que “querer desarrollar un acuerdo con Mercosur no debe estar reñido con la defensa de nuestros intereses agrícolas y ganaderos, base económica de las zonas rurales y sustento clave para fijar población en el territorio y para la gestión medioambiental.”
El impacto del acuerdo no solo pondría en peligro dichas producciones sino también el tejido económico de las zonas productoras
Los estudios de impacto elaborados en relación con este Acuerdo UE-Mercosur demuestran que hay una serie de productos que sufrirán un grave efecto de ponerse en marcha el acuerdo en sus actuales términos. En concreto hablamos de sectores tan importantes para España como son la ganadería, los cítricos o el arroz.
El vacuno de carne, un sector con amplia implantación en zonas de nuestro territorio con gran valor ambiental, soporta ya importaciones de Mercosur que suponen el 80% de la carne de vacuno que entra en la UE y cualquier concesión adicional introducirá fuertes desequilibrios en este mercado en un momento en que tendremos que enfrentar también el Brexit.
En el caso de los cítricos, un sector muy afectado ya por el aumento de concesiones acumuladas por otros acuerdos comerciales como el de Sudáfrica, la firma de este acuerdo supondrá empeorar aún más la situación en los próximos años por la liberalización de las importaciones de zumo de naranja de Brasil, que ya ostenta el 90% del mercado de la UE. Ellosupondrá el cierre de las pocas industrias que quedan en España.
Otro producto mediterráneo que deberá ser reconocido como un sector sensible es el arroz, que también ha sufrido ya las concesiones de otros acuerdos comerciales. Debemos recordar que el arroz se cultiva en España en zonas medioambientalmente muy sensibles y donde no existen alternativas de cultivo.
Todas estas concesiones no solamente hacen peligrar un tejido económico en las zonas productoras ya castigadas, sino que pone en duda el modelo productivo que defiende la UE, más respetuoso con el medio ambiente y de acción por el clima, que será imposible de controlar en las producciones de Mercosur y que entrarán en unas condiciones competitivas mejores y con menos requisitos en el mercado de la UE.
En este sentido, debemos recordar las estrictas normas de obligado cumplimiento que rigen para los productores europeos en materia sanitaria, fitosanitaria, zoosanitaria y de sanidad animal y de respeto medioambiental que la UE debe conseguir que queden garantizadas de forma clara e inequívoca en el acuerdo para asegurar a los consumidores europeos que los productos alimenticios que adquieran en el mercado comunitario cumplen con todos los requisitos y estándares europeos.
En definitiva, el sector agrario español recuerda que negar las graves consecuencias de este acuerdo en amplias zonas productivas y productos sensibles no hará desaparecer la realidad y por tanto el Gobierno de España tiene una responsabilidad con los sectores concernidos y a tenor de las negociaciones desarrolladas hasta el momento nunca se ha percibido la defensa de nuestros sectores sensibles, como si han hecho otros Estados miembros de la UE, especialmente con el vacuno.