Coincidiendo con la tramitación en Cortes de los Presupuestos para 2021, Unión de Uniones reclama una mejor gestión de los mismos en materia agraria, dada la deficiente ejecución del Ministerio que, en los pasados 5 años, ha dejado sin gastar un 14 % de sus créditos definitivos.
Unión de Uniones ha analizado la ejecución de los presupuestos de la sección competente en agricultura entre los años 2015 y 2019 y ha obtenido como decepcionante conclusión que, en la mayor parte de los años, el problema no ha sido tanto la falta de recursos, sino la mala administración de los mismos.
El análisis llevado a cabo por la organización revela que la única excepción ha sido 2019, en el que la realización de los gastos operativos ha superado el 98%. Mientras, en los anteriores, la ejecución ha sido muy deficiente: un 70,3% en 2015; un 87,6% en 2016; un 84,8% en 2017 y un 83,7% en 2018.
En total, en el quinquenio, el volumen de dinero con el que habría contado Agricultura y que finalmente no se aprovechó asciende a 6.924,3 millones de euros.
“Realmente, la cosa no es aún peor porque el paquete más importante de ejecución lo constituyen los pagos directos de la PAC”, comentan desde Unión de Uniones, “en el que el cumplimiento es por norma general mucho más elevado al tratarse de fondos finalistas y financiados al 100% por la Unión Europea.” Esto es, fundamentalmente, lo que lleva la ejecución del capítulo de transferencias corrientes, donde se asientan estas ayudas, al 93,5% de media.
No obstante, el porcentaje ya baja al 76,4% cuando interviene la financiación nacional, como sucede con el capítulo de transferencias de capital, donde el mayor peso viene dado por las medidas de desarrollo rural, en las que también tiene importancia el nivel de eficacia en la gestión de sus PDRs por parte de las Comunidades Autónomas.
“No está el campo como para desaprovechar recursos”
“Lo que es lamentable es la ejecución del capítulo de inversiones reales que no llega ni al 60%”, critican desde la organización. “Esto implica retrasos en las actuaciones relativas a proyectos en infraestructuras y regadíos, por ejemplo”. Ni siquiera el año 2019, en donde la ejecución fue mucho mejor que en ejercicios anteriores, las inversiones se han librado de una escasa realización del 66%.
La organización considera que esto pone aún más en entredicho el esfuerzo del Estado para apoyar con recursos propios al sector agrario y al resto de sectores en el ámbito de sus competencias. El gasto operativo del Ministerio depende en un 91,6% de los fondos europeos pero, además, desde la organización reprochan que el Ministerio no se gaste ni el dinero que dice poner como recursos propios.
Igualmente señalan que es práctica habitual modificar los créditos iniciales aprobados para los presupuestos a lo largo del ejercicio, de manera que los créditos definitivos suelen ser mayores y, sin embargo, al acabar el año las cifras de ejecución quedan, incluso, por debajo de las aprobadas al principio
Unión de Uniones considera que la trascendencia que se da al debate parlamentario queda muy en entredicho si el presupuesto que acuerdan las Cámaras se cambia posteriormente y si, además, la ejecución es mala. La organización considera que se debería hacer un seguimiento más puntual del cumplimiento de los presupuestos y exigir una mejor administración y gestión para consumir todos los recursos. “No está el campo para desaprovecharlos”, concluye.