César Lumbreras: La producción de la campaña de aceite se reducirá a la mitad

Apenas se alcanzarán las 750.000 toneladas, frente a las 1,4 millones de toneladas de una campaña normal

producción aceite

El pasado fin de semana se cerró la campaña de comercialización de aceite de oliva 2022-23 para dar comienzo a la de 23-24. La que acaba de terminar se ha caracterizado por la baja producción –en torno a las 650.000 toneladas– y por los elevados precios en origen, ya que en el caso de los vírgenes extra se ha llegado hasta los 8.500 euros por tonelada debido a la escasez de la oferta. Precisamente por esto, por la escasez de oferta y la subida de los precios, tanto en origen como al consumidor, ha sido muy polémica, especialmente durante los últimos meses.

Mientras tanto, la nueva campaña se presenta también muy complicada debido a la confluencia de una serie de factores. En primer lugar, ha comenzado con unas existencias de aceite muy bajas, que se sitúan en torno a las 225.000-250.000 toneladas, una cantidad muy inferior a la que había hace un año.

En segundo lugar, las previsiones apuntan a una producción escasa, de unas 750.000 toneladas, frente a 1,4 millones que se considera normal. Las causas son evidentes: la coincidencia de la sequía de los últimos meses y a las sucesivas olas de calor durante la primavera, que afectaron muy negativamente a la floración. El sector está a la espera de conocer en los próximos días las cifras incluidas en el aforo que realice la Junta de Andalucía, uno de los hitos del inicio de cada campaña.

Finalmente, también hay que destacar los elevados precios que se registran, que han provocado importantes descensos, tanto en el consumo interno como en las exportaciones.

De acuerdo con el último informe que ha elaborado la Agencia de Información y Control Alimentario (AICA), a finales del mes de agosto había en España unas existencias de aceite de oliva de 321.000 toneladas. Teniendo en cuenta que la media de salidas mensuales de la campaña 22-23, recién finalizada, se ha situado en 90.300 toneladas, al cierre de la misma –el 30 de septiembre– habrían quedado alrededor de 230.000 toneladas, un volumen suficiente para cubrir las necesidades hasta que se disponga del aceite de la nueva campaña en cantidad durante el mes de noviembre, pero poco más.

Según la AICA, en agosto se comercializaron 82.200 toneladas, que da una cantidad total de los primeros once meses de la campaña de 993.400 toneladas; eso supone un 35,4% menos que en el mismo periodo de la anterior. Las exportaciones sumaron 659.000 toneladas con una reducción del 33,5% y las ventas en el mercado nacional ascendieron a 334.400 toneladas, con un importante recorte del 38,%. Estas importantes caídas se deben precisamente a la fuerte subida de los precios que se ha registrado en origen y que ha terminado trasladándose, tanto a las ventas en el mercado interior, como al exterior. Un tendencia que seguirá al alza.

Información de César Lumbreras publicada el 2 de octubre en La Razón

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