Tras el volumen históricamente bajo de 2017, la producción mundial de vino alcanzó una cifra casi récord en 2018, con 292,3 millones de hectolitros (sin zumos ni mostos), muy cerca del nivel histórico de 2004, según las últimas estimaciones de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV). Ese volumen supone un aumento del 17% (es decir, de 42,5 millones de hectolitros) respecto al obtenido el año anterior.
España es uno de los países con más crecimiento: 44,4 millones de hectolitros, un 36,7% más que en 2017.
También registraron un incremento significativo los dos primeros productores mundiales, Italia (54,8 millones de hectolitros, +28,9%) y Francia (49,1 millones de hectolitros, +34,8%), otros miembros de la Unión Europea, como Alemania, y algunos países terceros, como Argentina y Chile.
Consumo estable
En lo que respecta al consumo, la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) estima que en 2018 se mantuvo estable en 246 millones de hectolitros tras los incrementos que se venían registrando desde 2014. Ese parón se debería a la disminución de la demanda en China y el Reino Unido.
España ocupa la octava posición, con 10,7 millones de hectolitros
Estados Unidos sigue siendo el primer consumidor a nivel mundial, con 33 millones de hectolitros en 2018, seguido de Francia (26,8 millones) y de Italia (22,4 millones). España ocupa la octava posición, con 10,7 millones de hectolitros y un ligero incremento del 1,8% respecto a 2017.
La OIV subraya que el consumo se estabiliza en la mayor parte de la Unión Europea, salvo en nuestro país (que lleva tres años de crecimiento), Portugal, Rumanía y Hungría.
Por último, los intercambios mundiales de vino alcanzaron los 108 millones de hectolitros el año pasado (+0,4%), por valor de 31.300 millones de euros (+1,2%). España fue de nuevo el primer exportador mundial en volumen, con 20,9 millones de hectolitros, que representaron el 19,4% del total mundial. En valor la primera posición sigue siendo para Francia, con 9.300 millones de euros.