La producción mundial de vino se verá afectada también este año por unas malas condiciones climáticas. Podría situarse en 250 millones de hectolitros, un volumen poco mayor que el obtenido en 2023 (237 millones), que fue el más bajo desde 1961. Estas son las cifras preliminares de la Organización Mundial de la Viña y el Vino (OIV), que la semana pasada celebro su 45 Congreso en Dijon (Francia).
Están basadas en las previsiones de los grandes productores, que representan tres cuartas partes de la producción mundial (Italia, España, Francia, Estados Unidos, países del hemisferio sur), según han explicado fuentes de la organización.
«La producción mundial de vino ha fluctuado en una horquilla relativamente constante de entre 250 y 300 millones de hectolitros»
Entre esos grandes productores, los que tuvieron más dificultades en 2023 «han obtenido mejores resultados en 2024 pero todavía están lejos de sus medias» (España, Italia, Australia, Argentina). Por el contrario, otros que el año pasado estuvieron ligeramente por encima de sus medias, como Francia (muy afectada por las lluvias) o Chile, registran peores resultados.
A pesar de las inclemencias meteorológicas, en los últimos 30 años «la producción mundial de vino ha fluctuado en una horquilla relativamente constante de entre 250 y 300 millones de hectolitros».
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