La producción de piensos compuestos registrará un ligero descenso del 0,3% este año en la UE, con lo que se situará en 147 millones de toneladas, según las previsiones de la Federación Europea de Fabricantes de Piensos Compuestos (FEFAC).
Sin embargo, la evolución no será la misma para todos los alimentos, ya que los distintos sectores ganaderos se están viendo influidos por factores tanto económicos como normativos y medioambientales que les afectan de diferente manera. La producción de piensos para bovinos se mantendrá relativamente estable, la de cerdos caerá y la de alimentos para aves crecerá.
En general, según la Federación, los elementos que caracterizan el mercado son la incertidumbre económica, los cambios normativos y las actuales políticas medioambientales y de bienestar animal, que seguirán determinando la dinámica de la producción en toda la UE, con repercusiones diversas en los distintos sectores de la alimentación animal.
Solo la producción de piensos para aves de corral muestra perspectivas de crecimiento en 2024, con un aumento previsto del 1,6%, hasta los 49,7 millones de toneladas. Este repunte se produce tras un año 2023 difícil y se debe a la recuperación de la producción avícola en varios Estados miembros clave. FEFAC apunta que países como Francia, España y Portugal, así como Italia, ya experimentaron cierta recuperación del impacto de la gripe aviar en 2023 y se espera que sigan liderando este crecimiento. Sin embargo, la preocupación por la carne de ave importada y el paso de la producción ecológica a la convencional pueden afectar a la dinámica general del mercado.
En el caso de los alimentos para el porcino, los fabricantes esperan una disminución de la producción de entre el 1 y el 2%, hasta los 47,4 millones de toneladas. Factores como la disminución del número de cerdos, la presión económica y las enfermedades, como la peste porcina africana (PPA), seguirán afectando negativamente a la producción porcina. A pesar de ello, Irlanda y Polonia prevén una modesta recuperación (+3% y 2,7%) de la cabaña porcina, lo que contribuirá a ralentizar el descenso de la producción del sector. En otros países como Alemania, Bélgica y los Países Bajos los ganaderos sufren la presión política para reducir las emisiones de las explotaciones o la densidad en las granjas, lo que genera mucha incertidumbre.
Por último, se prevé que la producción de piensos para ganado vacuno se mantenga relativamente estable (-0,6%, hasta 42,3 millones de toneladas), aunque con diferencias poco acusadas dependiendo de los países. Irlanda espera un modesto crecimiento de la producción de alimentos para estos animales debido al retraso de la temporada de pastoreo. Por el contrario, los Países Bajos prevén nuevos descensos en los sectores lácteo y bovino (aproximadamente -5%) derivados de los continuos retos normativos y medioambientales.
