La producción mundial de pistachos se situará en la presente campaña en 791.000 toneladas, según las previsiones del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA). Esa cifra supone una caída cercana al 5% respecto al volumen obtenido en la campaña anterior que se debe a la disminución de la cosecha en Estados Unidos y en Irán, dos de los principales países productores, y a pesar de la importante recuperación de la producción turca. En la Unión Europea se espera un recorte del 4% debido a la vecería del cultivo en España y en Italia, tras el incremento registrado en 2021/22.
En Estados Unidos la disminución será del 23% y se debe asimismo a esa vecería. En el caso de Irán, sin embargo, el descenso será del 21% y obedece a una combinación de facto-res que incluyen heladas y sequía; es la tercera campaña con cifras a la baja en este país. Por el contrario, en Turquía toca campaña de rendimientos altos tras el descenso de 2021/22 y se prevé un incremento del 140% sobre la campaña anterior.
Este aumento de la producción turca apenas tendrá impacto en el comercio mundial de pistachos, según el USDA, ya que este país es un importante consumidor de frutos secos y esa producción adicional irá para el mercado interior o bien se almacenará.
Por el contrario, la disminución de la producción de Irán supondrá una caída del 30% en sus exportaciones y las de Estados Unidos disminuirán en un 20%. Por su parte, la UE incrementará sus importaciones en un 11%, hasta las 135.000 toneladas; Estados Unidos será el principal proveedor. La caída de la producción y las exportaciones iraníes tendrá otra consecuencia: la disminución de las importaciones por parte de China, que se abastece principalmente en ese país debido a los aranceles que aplica al pistacho procedente de Estados Unidos desde 2018.