Representantes de las principales organizaciones agrarias aragonesas han criticado la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) -a 900 euros-, a la que han relacionado con el hecho de que algunas producciones frutícolas se vayan a quedar «en el árbol».
Por un lado, el secretario general de UAGA, José María Alcubierre, ha expresado su preocupación por esta medida, especialmente por la «inseguridad jurídica» que genera, ya que no se está interpretando siempre de la misma manera.
El principal problema no son los costes laborales, sino los bajos precios a los que los productores pueden cobrar sus productos
Como ejemplo, explicó que esta medida ha llevado «prácticamente a la desaparición» al sector hortofrutícola en Teruel, aunque ha aclarado que el principal problema no son los costes laborales, sino los bajos precios a los que los productores pueden cobrar sus productos. A su juicio, además, esto afecta más a la agricultura ecológica, que precisa de más mano de obra y no se puede mecanizar.
Por su parte, el secretario general de ASAJA Aragón, Ángel Samper, ha señalado que, aunque en principio el incremento del SMI o el control de los horas extra son medidas positivas, no se han tenido en cuenta los «graves» problemas que podría generar en sectores como el de la fruta aplicar estas normas «tan abruptamente».
«Cualquier subida de ‘in-puts’ te puede llevar a la ruina»
Jorge Valero, presidente de ARAGA, ha incidido en que deben competir con países con menores costes laborales e impuestos y no siempre se puede competir por una mayor calidad. «Cualquier subida de ‘in-puts’ te puede llevar a la ruina».
Finalmente ha reiterado que, en campaña, «si tienes que meter 10 horas, metes 10 horas». Valero se ha referido a las horas extra criticando que tampoco se pueden controlar en los campos a través del fichaje al no llegar Internet.