Nuevas recomendaciones para superar la dependencia de la UE de las proteínas vegetales

Nuevas recomendaciones para superar la dependencia de la UE de las proteínas vegetales

La dependencia de la Unión Europea de las importaciones de proteínas vegetales (para alimentación animal) vuelve al primer plano en el marco de las reflexiones sobre la soberanía alimentaria de la UE. En un informe de la Comisión Europea, los expertos recomiendan grandes inversiones en la producción e investigación para salir de la situación actual.

La UE debería conceder más apoyo agrícola a las proteínas vegetales, garantizando al mismo tiempo que los precios pagados a los agricultores por cultivos como la soja, las leguminosas y el girasol sean competitivos frente a productos alternativos, concluye el grupo de expertos al que la Comisión Europea ha encargado encontrar una salida al déficit de proteínas de la UE a largo plazo.

La UE debería conceder más apoyo agrícola a las proteínas vegetales, garantizando al mismo tiempo que los precios pagados a los agricultores por cultivos como la soja, las leguminosas y el girasol sean competitivos

Se trata de una cuestión clave en un momento en el que el tema de la soberanía alimentaria de la UE está en el centro de los debates sobre el futuro de la agricultura europea. Sin embargo, los expertos advierten que, «incluso con una fuerte voluntad política», la transición de la situación actual a una «importación cero de productos ricos en proteínas» llevará décadas.

Como consecuencia de la falta de inversiones, su competitividad ha disminuido progresivamente, lo que hace difícil ahora dar la vuelta a la situación.

Europa es autosuficiente en forrajes y produce el 90% del grano para piensos que consume

La demanda europea de proteína bruta para alimentación animal en la campaña 2021/2022 fue de 72 millones de toneladas, de las cuales 55 millones (el 77%) procedían de la UE. Europa es autosuficiente en forrajes y produce el 90% del grano para piensos que consume.

Sin embargo, sólo el 37% de los coproductos ricos en proteínas se producen en la UE: el porcentaje de autosuficiencia en harina de semillas oleaginosas es del 23% y en harina de soja del 3%.

En consecuencia, la primera recomendación de este estudio es iniciar un proceso de reducción de las importaciones (al tiempo que se desarrolla la producción europea) y luego adoptar nuevas medidas una vez establecidas estas reducciones iniciales.

Los autores sugieren también diversificar y asegurar las fuentes de proteínas con socios comerciales próximos (por ejemplo, Ucrania) para las proteaginosas, la soja y la harina de girasol de alto valor proteico. «Esto no reduciría la dependencia de la UE de las proteínas vegetales importadas (a menos que Ucrania se adhiera a la UE), pero limitaría el riesgo de tener muy pocos proveedores en caso de interrupciones del transporte internacional», explican.

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