La Comisión Europea ha avanzado un primer balance del mercado de los cereales en la UE de cara a la campaña 2023/24. En él apunta a una recuperación de la producción, que podría crecer en un 8,4%, hasta los 287,8 millones de toneladas. Bruselas basa su proyección en las estimaciones de superficie, en aumento, y suponiendo que las condiciones meteorológicas sean normales y mejoren los rendimientos.
En su informe sobre Perspectivas de los Mercados a Corto Plazo, publicado el 30 de marzo, señala que el incremento de la superficie se deberá al aumento de la dedicada a la cebada (+1,5%, hasta 5 millones de hectáreas), así como a la de centeno. La de trigo blando se mantendrá estable (en 20,8 millones de hectáreas) y disminuirá la de maíz por unas disponibilidades de agua para regadío que se prevén cortas. En total podrían sembrarse 8,5 millones de hectáreas de maíz, un 4% menos que en la presente campaña.
A pesar de ello, la Comisión espera un aumento de la producción de maíz (hasta casi 65 millones de toneladas, frente a 52 millones estimados en la presente campaña 2022/23) por la mejora de los rendimientos, que resultaron muy afectados por la sequía en la actual campaña.
En la nueva campaña se esperan unos precios más bajos para los cereales, lo que permitirá, según Bruselas, que la demanda para alimentación animal se estabilice. El incremento de la producción comunitaria favorecerá un aumento de las exportaciones del 8% mientras que las importaciones disminuirán en torno a un 25%, debido principalmente a la recuperación de la cosecha de maíz.
En lo que respecta a las previsiones de la actual campaña 2022/23, la Comisión destaca el fuerte aumento de las importaciones (+57%) respecto a la anterior por la creciente llegada de grano procedente de Ucrania, que ha provocado un exceso de oferta, presión a la baja en los precios y problemas logísticos en algunos Estados miembros (Polonia, Bulgaria y Rumanía) mientras que en otros ha ayudado a compensar la caída de la cosecha derivada de la sequía y las altas temperaturas del verano. En cuanto al consumo, la demanda para alimentación animal caerá un 2,9% respecto a la campaña anterior debido a una disminución de la producción animal de la UE superior a la prevista inicialmente.