La producción de cereales de otoño-invierno se habría situado en 14,45 millones de toneladas, según la última estimación del Ministerio de Agricultura, con datos recopilados hasta finales de junio de este año. Esa cifra supone una caída del 26,1% respecto a la obtenida en la campaña anterior y hay que atribuirla casi exclusivamente a la disminución de los rendimientos, ya que la superficie sembrada ha sido similar a la del año pasado.
En el caso del trigo blando la caída llega al 30% y en el del centeno es de algo más del 36%, aunque hay que apuntar que la superficie dedicada a este último cultivo ha disminuido casi en un 12%.
En lo que respecta al maíz, el Ministerio solo ha presentado, por el momento, datos sobre superficie sembrada, que dan cuenta de un 10% menos respecto al año pasado. Cabe esperar, por tanto, una producción más corta, ya que a la reducción de la superficie habrá que sumar la derivada de las restricciones al riego en buena parte de las zonas productoras. Sí hay un primer avance de la producción de arroz, que habría caído un 37,4% respecto a la de 2021, situándose por debajo de las 400.000 toneladas. En este caso se debe a que en muchas zonas no se ha podido sembrar por la falta de agua.
Un 25% menos de forrajes deshidratados
La producción de forrajes deshidratados de la campaña 2022/23 podría disminuir en un 25%, hasta 1,15 millones de toneladas, según las previsiones de la Asociación Española de Fabricantes de Alfalfa Deshidratada, AEFA. Son unas 300.000 toneladas menos que en la campaña anterior y el descenso se debe a una reducción del 2% en la superficie destinada a esta producción pero, sobre todo, al impacto de la sequía y a ciertas plagas.
Según han señalado sus responsables, “la campaña ya la comenzábamos con la idea de una bajada de producción debido a la disminución de superficie cultivada. Desgraciadamente, este año todos los factores que pueden influir negativamente en el cultivo se están dando, como son la dificultad para regar los últimos cortes en algunas zonas productoras, la sequía en los forrajes de secano, y también la aparición de plaga de gusano en el cuarto corte”.