Aprovechando al máximo las previsiones meteorológicas estacionales, los agricultores y las autoridades pueden mejorar los rendimientos del trigo y también las políticas de ayudas públicas, según un estudio publicado recientemente por investigadores del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea en la revista Nature.
Según el estudio, los datos meteorológicos pueden utilizarse “para elegir qué variedad de cultivo plantar y en qué momento y para decidir las prácticas de gestión agrícola adecuadas, al tiempo que se limita el impacto en el medio ambiente”. Sus autores sugieren también que las autoridades pueden apoyarse en previsiones precisas para elaborar estrategias de estabilización de los mercados con el fin de evitar subidas de precios repentinas.
Falta de previsión sobre el exceso de agua
Basándose en las previsiones meteorológicas de los últimos años, han constatado que el período de floración puede predecirse de forma fiable desde el comienzo del período de crecimiento en Europa central y oriental, lo que favorece una selección eficaz de las variedades y una planificación de las prácticas de gestión agrícolas. En conjunto, es posible realizar desde finales del invierno previsiones regionales fiables y precisas de los episodios de sequía durante los períodos sensibles de la floración y el cuajado de los granos de trigo.
Por el contrario, la predicción sobre la humedad excesiva sigue siendo muy difícil, ya que las competencias en la materia son todavía muy limitadas. Sin embargo, otros enfoques, por ejemplo el uso de modelos atmosféricos a gran escala, podría mejorar la previsión de estos acontecimientos, en opinión de los investigadores.
Entre sus recomendaciones, los científicos consideran que una cooperación más estrecha con los agricultores podría ser beneficiosa. El nuevo servicio agroclimático Clisagri busca responder, en parte, a esa necesidad. Se ha creado con la ayuda de agricultores y agrónomos para aconsejar sobre cómo afectan los distintos acontecimientos meteorológicos a los rendimientos, las enfermedades de los cultivos, el almacenamiento y la fertilización.