Luis Planas, ministro de Agricultura; Ernesto Abati García-Manso, subsecretario de este departamento y desenterrador de restos históricos en su anterior empleo de Patrimonio Nacional, y Andrés Escudero Población, subdirector general encargado de la estadística en el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, han obrado el milagro de la multiplicación de los panes y de los peces en lo relativo a la renta agraria durante 2023. Vamos, que los agricultores y ganaderos españoles se hincharon a ganar dinero el año pasado.
O se “forraron”, como se prefiera denominar. Los datos estadísticos de los que el citado trío es responsable no dejan lugar a duda, por lo menos desde su punto de vista: la renta agraria por ocupado subió el año pasado, en relación con el anterior, nada más y nada menos que el 18,3 por ciento. Si el cálculo se hace midiendo la renta agraria total el aumento fue del 12,8 por ciento. Dicho de otra manera, que usted agricultor o ganadero que nos está escuchando ganó o el 18,3 por ciento o 12,8 por ciento en 2023, si se compara con 2022. Hagan sus cálculos y vean si es verdad, o no, esto que dice el trío en cuestión.
¿Se están “cocinando” estas estadísticas para dejar en mal lugar las reivindicaciones de los agricultores y ganaderos?
¿Cómo es posible que, habiendo ganado tanto dinero, habiéndose llenado sus bolsillos y sus cuentas corrientes a base de bien, salgan los agricultores y ganaderos a las carreteras y protagonicen la oleada de protestas más importantes de este siglo? Aquí hay algo que no cuadra. No veo yo a la gente del campo manifestándose por capricho. Además, una de sus reivindicaciones era justamente que sus explotaciones no llegaban al umbral de rentabilidad. Vamos, que perdían dinero. ¿Se están “cocinando” estas estadísticas para dejar en mal lugar las reivindicaciones de los agricultores y ganaderos?
Y aquí llegamos a la segunda parte de la cuestión con una derivada muy importante. En las últimas semanas se han publicado por parte del Ministerio de Agricultura dos datos muy significativos y sospechosos: la bajada de los costes de producción, primero, y la subida de la renta agraria, después. Y eso no es gratuito, ni una casualidad. Estamos ante una operación para transmitir a la opinión publica la idea antes citada de que los agricultores y ganaderos se están “forrando” y deslegitimar así las protestas que ya han tenido lugar y las que puedan llegar en el futuro.
Y los responsables de la operación son ese “trío” compuesto por Luis Planas, el ministro; Ernesto Abati García-Manso, subsecretario y desenterrador de restos históricos, y Andrés Escudero Población, subdirector general de Estadística y fiel escudero de los dos primeros. Entre los tres han protagonizado lo que bien podría denominarse el milagro de la renta agraria en 2023.
