La Comisión Europea ha propuesto destinar 56,3 millones de euros a Polonia, Bulgaria y Rumanía con el fin de ayudar a los agricultores de estos países a afrontar el fuerte aumento de las importaciones de cereales y oleaginosas procedentes de Ucrania en sus mercados. Esos fondos saldrán de la reserva de crisis agrícola.
A Polonia se destinarán 29,5 millones de euros, a Bulgaria 16,75 millones y a Rumanía 10,05 millones. Los tres países pueden complementar estas cantidades con fondos propios igualando las partidas asignadas por Bruselas, con lo que la ayuda financiera total podría llegar a los 112,6 millones de euros. Los pagos deberían llegar a los beneficiarios antes del 30 de septiembre de 2023 y los tres países deberán notificar a la Comisión Europea cómo han distribuido los fondos.
A Polonia se destinarán 29,5 millones de euros, a Bulgaria 16,75 millones y a Rumanía 10,05 millones
Desde hace meses, los países de la UE fronterizos con Ucrania vienen alertando del impacto que el aumento de las importaciones de productos agrarios procedentes de ese país están teniendo en sus mercados, que sufren un exceso de oferta que afecta a los precios de las producciones locales así como a las decisiones de siembra de los agricultores.
La Comisión ha tenido ese desequilibrio entre oferta y demanda así como la presión sobre las cadenas logísticas, que pesa sobre los precios y las oportunidades de mercado para los agricultores cercanos a la frontera, especialmente para Rumanía.
La propuesta de Bruselas se está discutiendo ahora con los Estados miembros, que la votarán en la reunión del Comité de la Organización Común de los Mercados Agrícolas prevista para el 30 de marzo. Si se aprueba la medida, se publicará en el Diario Oficial de la Unión Europea a principios de abril y entrará en vigor al día siguiente de su publicación para que Bulgaria, Polonia y Rumanía puedan implementarla sin demora.
La UE está ayudando a Ucrania y a sus agricultores a plantar y cultivar cereales y oleaginosas así como a exportar sus productos, principalmente a través de los corredores de solidaridad y en el marco de la Iniciativa de Cereal del Mar Negro, lo que ha generado problemas de oferta en los países de la UE fronterizos con Ucrania.