La Comisión Europea ha propuesto nuevas normas para impulsar y facilitar la reutilización del agua en la Unión Europea para el riego agrícola. Según la Comisión Europea, estas nuevas normas ayudarán a los agricultores a hacer el mejor uso posible de las aguas residuales, al igual que aliviarán la escasez de agua, protegiendo al mismo tiempo al medio ambiente y a los consumidores.
El Ejecutivo comunitario ha propuesto una regulación que fije unos requisitos mínimos para la reutilización de las aguas residuales tratadas procedentes de instalaciones de tratamiento de aguas urbanas. Estos cubren, por ejemplo, los niveles de microbios en el agua, como la bacteria E.coli responsable frecuente de problemas intestinales, o la frecuencia y características de los controles de calidad del agua.
Asimismo, se introducen tareas de gestión de riesgos que permitan identificar cualquier peligro adicional al que se deba hacer frente para que la reutilización sea segura y prevén un aumento de la transparencia para aumentar la información disponible para los ciudadanos.
El objetivo es fomentar la reutilización del agua, que en la Unión Europea está «muy por debajo de su potencial» a pesar de que un tercio de su territorio sufre estrés hídrico todo el año -la demanda de agua supera la cantidad disponible o el uso se ve restringido por su baja calidad- durante todo el año y la escasez es un problema en muchos países.
Según indica la Comisión, el objetivo de las nuevas normas es garantizar que se haga el mejor uso posible de las aguas tratadas procedentes de instalaciones de tratamiento de aguas residuales urbanas, constituyendo una alternativa fiable de suministro de agua.
La Comisión calcula que la reutilización de agua en la UE podría multiplicarse por seis de aquí a 2025, pasando de los 1.100 millones de metros cúbicos al año que se reutilizan hoy a 6.600 millones de metros cúbicos.
Según sus estimaciones, esta cifra podría alcanzarse con una inversión de menos de 700 millones de euros y a un coste del agua reutilizada de menos de 50 céntimos de euro por metro cúbico, lo que en última instancia permitiría reducir en un 5% el estrés hídrico.
El comisario de Medio Ambiente, Asuntos Marítimos y Pesca, karmenu Vella, declaró que “la propuesta nos va a beneficiar a todos. Nuestros agricultores tendrán acceso a un suministro sostenible de agua de riego, nuestros consumidores sabrán que los productos que consumen son seguros y surgirán nuevas oportunidades para nuestras empresas. El mayor beneficiado será sin duda el medio ambiente, ya que la propuesta contribuye a mejorar la gestión de nuestro recurso más valioso: el agua”.