Mandará algo Teresa Ribera en la Política Agrícola Común (PAC)? Esa es la gran duda que tienen una buena parte de los agricultores y ganaderos españoles, que no son precisamente unos fervientes partidarios de la toda vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica. La respuesta es doble, siempre y cuando la aspirante a comisaria supere el examen correspondiente ante el Parlamento Europeo. Por un lado, y de forma directa, la futura comisaria de Competencia a la vez que vicepresidenta del próximo Colegio de Comisarios, no tendrá mando directo sobre la PAC y las cuestiones agrarias, porque el comisario de Agricultura no deberá coordinar con ella, sino con el vicepresidente de Cohesión y Reformas, el italiano Raffaele Fitto. Sin embargo, de manera indirecta, puede que influya algo, porque los comisarios de Clima y de Medio Ambiente deberán coordinar con Ribera en su calidad de vicepresidenta de Transición Limpia, Justa y Competitiva. En cualquier caso, todo dependerá, primero, del margen que la presidenta de la Comisión, Úrsula von der Leyen, quiera dar a Ribera; en segundo lugar, del tiempo libre que tenga esta última tras ocuparse de la complicada política de competencia de la UE y, por último, de lo que los futuros comisarios de Clima y de Medio Ambiente, Resistencia en Materia de Agua y Económica Circular Competitiva se «dejen coordinar» por Ribera.
Mientras tanto, el comisario de Agricultura lo será también de Alimentación, de acuerdo con la nueva denominación que ha planteado von der Leyen. Su titular será, si supera el examen, el luxemburgués Christophe Hansen, del Partido Popular Europeo (PPE), que tiene experiencia, tanto agraria como en asuntos comunitarios. De entrada, ha sido eurodiputado y miembro de las comisiones parlamentarias de Medio Ambiente y Comercio Internacional. Además, procede de una familia vinculada al sector agrario y preside la Unión de Sociedades Avícolas de su país; además, es políglota y habla cinco idiomas, ente ellos el español. En la carta de mandato dirigida por Úrsula von der Leyen a Hansen, en la que concreta sus tareas, destacan las siguientes: la primera será definir y establecer un plan con la visión para la agricultura y la alimentación comunitarias del futuro, que deberá presentar en los primeros cien días desde que tome posesión. Ese documento servirá de base para elaborar las primeras propuestas de cara a la próxima reforma de la PAC. También deberá trabajar para que la próxima PAC, que debería comenzar a aplicarse a partir de 2028, ofrezca ayudas específicas a los agricultores y ganaderos que más las necesiten, especialmente a los pequeños productores, y que fomenten resultados medioambientales positivos mediante pagos e incentivos. Además, en las acciones que se pongan en marcha velará para que los agricultores tengan unos ingresos justos y suficientes; también reforzará su posición en la cadena alimentaria y los protegerá contra las prácticas comerciales desleales, en particular velando para que no se vean obligados a vender sus productos por debajo de los costes de producción.
A la vista del diseño de la futura Comisión, hay muchas competencias que se solapan y están distribuidas entre distintas comisarías. Por eso Hansen tendrá que coordinarse con once comisarios o vicepresidentes, desde su «jefe» Raffaele Fito hasta Teresa Ribera, pasando por los siguientes: el húngaro que se ocupará de Sanidad y Bienestar Animal; la sueca que gestionará la de Medio Ambiente, Resiliencia en Materia de Agua y Economía Circular Competitiva; el de Clima, Cero Emisiones Netas y Crecimiento Limpio, procedentes de los Países Bajos; la croata al frente de la política para el Mediterráneo; el de Relaciones Internacionales, originario de la República Checa; la Alta Representante de Política Exterior y Seguridad que es de Estonia; el comisario de Presupuestos, que es de Polonia; el comisario de Comercio que es el representante de Eslovaquia y del que dependerán las negociaciones comerciales y, finalmente, la comisaria de Ampliación que es de Eslovenia y que debe protagonizar las conversaciones con Ucrania, por ejemplo, que tendrán un fuerte componente agrario.
Sin embargo, la auténtica clave de la próxima Comisión es que su presidenta es muy personalista y ejercerá el mando: por otro lado, las relaciones hasta ahora entre von der Leyen y Teresa Ribera no han sido buenas.
Información de César Lumbreras publicada el 23 de septiembre en La Razón
