Un grupo de investigadores de la Universidad Miguel Hernández (UMH) ha diseñado un sistema de riego sostenible cuya finalidad es recuperar el agua y los nutrientes ya empleados en las plantaciones para su posterior reutilización. Esto contribuiría a lograr la autosuficiencia hídrica de los agricultores basada en la economía circular.
El diseño de este dispositivo de riego se enmarca dentro del proyecto SIRIS, que desarrollan desde el pasado mes de septiembre el profesor doctor Pablo Melgarejo y su equipo del Departamento de Producción Vegetal y Microbiología de la UMH.
En la actualidad, estos expertos lo aplican a escala piloto en una parcela experimental, de 7.500 metros cuadrados, dentro de la Escuela Politécnica Superior de Orihuela (EPSO-UMH), en la provincia de Alicante, con naranjos como cultivo alimentario -en concreto, la naranja variedad Navelina- debido a la importancia y representatividad de la citricultura en la zona de la Vega Baja.
Según han detallado, nunca antes se había ensayado ni planteado este procedimiento en la fruticultura a nivel nacional e internacional. En concreto, consistente en instalar directamente en el suelo un sistema de drenaje mecanizado para recoger tanto el agua que sobra al regar como la de lluvia para su posterior reutilización en los cultivos.
Los investigadores han destacado que «con SIRIS podríamos evitar en buena medida el encharcamiento del suelo cultivado a causa de las precipitaciones abundantes, de la misma manera que se dispondría de un mayor volumen de agua para su almacenamiento y posterior uso en la plantación».
«Con SIRIS podríamos evitar en buena medida el encharcamiento del suelo cultivado a causa de las precipitaciones abundantes»
También han explicado que el agua de riego lleva ciertos elementos (nutrientes, sales minerales y otros) que proporcionan salinidad. Esta se va acumulando en el suelo y al llegar a cierto límite, que depende del tipo de cultivo y de suelo, afecta directamente a la producción.
Por ello, han dicho, es necesario aplicar una mayor cantidad de agua de la que estrictamente precisan las plantas para garantizar el mantenimiento de la salinidad del suelo y, con ello, la productividad.
Con este sistema se recuperaría el agua utilizada en exceso del riego con sus nutrientes para su reutilización en las cosechas, lo que permitiría una disminución de las demandas hídricas agrícolas y supondría asimismo un ahorro en fertilizantes.
Además, el nuevo método de riego, que podría aplicarse a otro tipo de frutales y en bastantes hortícolas, recoge los lixiviados agrícolas y reduce la contaminación del subsuelo o de las aguas subterráneas.
En definitiva, con este proyecto se pretende dar a los agricultores herramientas hacia la autosuficiencia hídrica, energética y nutricional. Los ahorros estimados del SIRIS se cuantifican en hasta un 40-50% para el agua, en torno al 50% para la energía y en aproximadamente un 20% para los nutrientes (principalmente, nitratos), pero todo esto se ratificará y concretará «con rigor al final de este proyecto (2025) y en los años siguientes», han precisado los investigadores.