La Federación Nacional de Comunidades de Regantes (FENACORE) ha impulsado el proyecto europeo `Life Irriman´ que tiene el objetivo de promover a gran escala un sistema de riego inteligente capaz de ahorrar hasta un 30% de energía y hasta un 30% de agua, sin afectar a los estándares de calidad que los mercados exteriores exigen a los cultivos.
Para Fenacore, Irriman, que se ha aplicado ya en zonas regables de Murcia y Córdoba, supone “un salto cualitativo al demostrar la viabilidad de esta solución que, mediante un algoritmo, indica de forma sencilla al agricultor cómo, cuándo y cuánto debe regar, ajustando al máximo el consumo de recursos”.
Además, a su juicio, es una referencia para los regantes de todo el arco mediterráneo, que comparten con los españoles la necesidad de producir más con menos agua y de reducir los costes derivados del alto consumo energético de los sistemas modernizados.
Este proyecto se desarrolla con fondos de la Unión Europea en colaboración con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Universidad Politécnica de Cartagena (UPTC) o la Universidad de Córdoba (UCO), entre otras instituciones, y «responde a la necesidad actual de que los proyectos de modernización de regadíos satisfagan una doble eficiencia: hídrica y energética».
Andrés del Campo, presidente de Fenacore, recordó que desde que se suprimieron las tarifas especiales en 2008, el término de potencia se ha incrementado en más de un 1.000%, provocando que el aumento medio de la factura eléctrica para el regadío haya sido superior al 100%. Esto hace inviables buena parte de los sistemas de riego ya modernizados, que ahorran agua, pero demandan más energía.
A su juicio, ante este contexto, Administraciones, técnicos y universidades deben aunar esfuerzos para poner el foco en sistemas de riego que ahorren agua y energía como base de una agricultura sostenible.