La seguridad social agraria francesa (MSA) ha publicado los resultados de un estudio sobre la mortalidad por suicidio y los intentos de suicidio de los agricultores. Los datos no se habían actualizado desde 2017.
Entre los agricultores asegurados (no asalariados) de entre 15 y 64 años el riesgo de mortalidad por suicidio observado en 2020 se orientó al alza respecto a la tendencia de años anteriores. Es un 77,3% más alto que el riesgo constatado entre los asegurados de todos los regímenes (+82,1% en el caso de quienes tienen más de 65 años). Entre los asalariados agrícolas, considerando todas las edades, no se observan unas cifras significativamente superiores, aunque estos datos requieren más análisis, según la MSA.
Por su parte, las cifras de intentos de suicidio se mantuvieron estables entre los asegurados agrícolas en el período 2017-2021. La tasa bruta de intentos de suicidio seguidos de hospitalización fue de 9,2 por cada 10.000 solicitantes de atención sanitaria en el régimen agrario en 2021, un nivel inferior al de la población de todos los regímenes de la seguridad social (12 por cada 10.000).
El informe recuerda asimismo que la tasa bruta de intentos de suicidio es mayor entre las mujeres que entre los hombres, considerando a la población en su conjunto.
Problemas de adicciones
El informe apunta asimismo que entre los asalariados agrícolas hay más pacientes afectados por problemas de adicciones que en la población en general. En el caso del alcohol hay un 27,7% más de pacientes que son asalariados agrícolas y en el caso del cannabis un 7,2% más. También son más frecuentes en este colectivo los casos de problemas mentales y depresiones (+12,8% y +5,5%, respectivamente).
La Federación Nacional Agroalimentaria y Forestal francesa (Fnaf-CGT) considera que estos datos son consecuencia de la situación de los asalariados del campo: generalización de contratos de temporada; salarios próximos al mínimo interprofesional; exposición de aproximadamente un 10% de los trabajadores a productos químicos peligrosos.