La organización Ecologistas en Acción ha presentado en Madrid el informe `Ríos hormonados´, que entre otras cuestiones, desvela que en 2016 se detectaron 47 plaguicidas en diez cuencas hidrográficas españolas. De esa cifra, 26 son disruptores endocrinos, es decir, que interfieren en el funcionamiento del sistema hormonal.
La portavoz de la organización, Dolores Romano, destacó que el 70% de los plaguicidas detectados están prohibidos desde hace años en Europa y en España, entre ellos, el lindano, el DDT, la atrazina o el endosulfán, lo que demuestra el «uso ilegal de estos componentes».
La investigación se ha realizado conjuntamente con la organización `Peticide Action Network Europe´. Tomaron como referencia los datos de los años 2012 y 2016 proporcionada por las diez cuencas hidrográficas que respondieron a la demanda de información sobre la contaminación de los ríos.
España lidera el consumo de plaguicidas
En nuestro país se consumieron en 2014 un total de 78.818 toneladas de plaguicidas, lo que le pone a la cabeza de los países europeos debido a la agricultura intensiva, según Romano. Además, gracias a las «escorrentías muchos de las sustancias terminen contaminando el suelo, el agua o el aire».
En total se han analizado 400 muestras, en las que se ha detectado que en ocho de las diez cuencas analizadas se encontró en mayor cantidad el insecticida clorpirifos, un neurotóxico, que demuestra que “es de uso extensivo y prolongado por parte de los agricultores”.
Han detectado glifosato en la mitad de las cuencas analizadas
El segundo plaguicida más detectado es el glifosato, que se ha detectado en cinco de las cuencas que han proporcionado datos, pero que se ha encontrado en todas las muestras analizadas en la cuenca del río Júcar, con mayor frecuencia en las de Tajo y ha sido el segundo más detectado en las cuencas internas del País Vasco, lo que demuestra un «uso extensivo de este herbicida tóxico».
Otro de los grandes contaminantes es el lindano, cuya utilización está prohibida desde hace muchos años, ha señalado la portavoz de EA, pero cuyos restos se han detectado al haber tenido «una nefasta gestión», ya que se utilizaron para la construcción de carreteras o terminaron en minas abandonadas, pozos.
El Júcar, el más contaminado
La cuenca del río Júcar es la más contaminada de todas. En ella se han detectado 34 de los 57 plaguicidas analizados, 21 de ellos posibles disruptores endocrinos y 22 prohibidos.
El Ebro, con 21 plaguicidas encontrados de las 37 sustancias consideradas, es la segunda cuenca más afectada con 16 posibles disruptores endocrinos.
En el caso del País Vasco se han detectado 17 de los 55 químicos estudiados, 14 probables disruptores y 15 prohibidos.
En la cuenca del Tajo se hallaron 15 de los 17 componentes examinados, 13 posibles disruptores y 12 no consentidos.
En la del Miño-Sil se localizaron 13 de 58 plaguicidas, 11 pueden ser disruptores endocrinos y cinco tienen prohibido su uso.
Por su parte, el Duero cuenta con 12 elementos de los 34 analizados, de los que 10 son probables disruptores y ocho están prohibidos.
En la cuenca del Segura se ha producido una «reducción dramática» de los químicos, ha explicado Romano, y ha añadido que han sido detectados nueve de 57 analizados, seis disruptivos y otros seis de uso ilegal.
En el Guadiana se detectaron siete de las 27 sustancias analizadas, y se encontró seis no autorizadas y otras seis disruptoras endocrinas.
Ecologistas en Acción ha reclamado reformas en la Política Agraria Común (PAC) con las que se camine hacia una agricultura ecológica y menos contaminante, con la reducción en la utilización de plaguicidas, herbicidas y químicos que contaminan los ríos. Además, piden la puesta en marcha de programas oficiales de asesoramiento a los agricultores que permitan prácticas menos contaminantes.