El presidente de Rusia, Vladímir Putin, anunció este miércoles -18 de septiembre- su decisión de extender por dos años, hasta finales de 2026, el embargo contra los alimentos perecederos occidentales, vigente desde 2014.
El decreto establece prorrogar las «medidas económicas especiales» establecidas por el presidente ruso el 6 de agosto de 2014 «con el objetivo de garantizar la seguridad de la Federación Rusa».
Esta es la primera vez que extiende por dos años el embargo que limita la entrada al país de una serie de productos agrícolas, materias primas y alimentos de los países que impusieron sanciones a Rusia tras la anexión ilegal de la península ucraniana de Crimea en marzo de 2014.
La primera vez que Rusia impuso este veto alimentario fue en agosto de 2014 contra la Unión Europea, Estados Unidos, Australia, Noruega y Canadá
Recordemos que la primera vez que Moscú impuso este veto alimentario fue en agosto de 2014 contra la Unión Europea, Estados Unidos, Australia, Noruega y Canadá. En 2015 se sumarían Albania, Montenegro, Islandia y Liechenstein y en 2016 Ucrania.
En 2017, a los productos cárnicos, lácteos, pescado, verduras y frutas, Rusia añadió otros como cerdos vivos y diversos subproductos y grasas animales. Posteriormente ordenó que todos los productos perecederos occidentales que entrasen ilegalmente en el mercado ruso fueran destruidos.
El líder ruso ha admitido que, en realidad, el embargo es una medida proteccionista dirigida a proteger el mercado agroalimentario ruso, que no puede competir con las exportaciones occidentales.