El presidente del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (SCRATS), Lucas Jiménez, se ha preguntado qué ha hecho Castilla-La Mancha con los 192 millones de euros recibidos estos años por el agua del trasvase cuando los pueblos ribereños de Guadalajara están reclamando infraestructuras.
Jiménez ha recordado que los regantes de las 80 comunidades de riego de Almería, Alicante y Murcia han pagado al Estado 426 millones de euros por la tarifa del trasvase de Tajo al Segura, una cuantía que se reparte entre las comunidades de Madrid, Castilla-La Mancha y Extremadura.
El presidente de SCRATS ha anunciado que están dispuestos a pedir amparo al Consejo de Transparencia si el Ministerio para la Transición Ecológica no da a conocer qué inversiones han ido a los pueblos ribereños, y que apoyarán a estos municipios si reclaman que se realicen las inversiones correspondientes ante la sospecha de que el dinero percibido por el trasvase no tuvo ese destino lógico.
Por otro lado, ha subrayado que del trasvase se abastecen poblaciones albaceteñas e incluso regadíos de esa zona y su continuidad se defiende «por su propia esencia». Por ello, ha considerado preocupante la actitud del Ministerio con el último trasvase cero para regadío en noviembre.
La decisión de no trasvasar no tiene precedentes
La decisión de no trasvasar no tiene precedentes y, a su juicio, es gravísima. A este respecto, ha criticado que la Comisión Central de Explotación del trasvase no haya dado a conocer ni el acta de esa reunión ni los informes que sirvieron de base para decir que no se podían trasvasar 12,5 hectómetros al regadío con «el argumento peregrino» de una avería y unos daños ocasionados por las lluvias.
Otra cuestión que preocupa al SCRATS es el incremento del caudal ambiental del río Tajo en la planificación que se está redactando, ya que un estudio encargado por el sindicato de regantes considera que es suficiente con el actual caudal circulante de seis metros cúbicos por segundo.
Por último, ha valorado el año hidrológico como «bastante malo y que hubiera sido nefasto» si en marzo y abril no se hubieran incrementado las reservas en la cabecera del Tajo y en la cuenca del Segura.