El Tribunal de Cuentas Europeo ha alertado de que el sistema europeo de seguridad alimentaria es demasiado ambicioso y que la Comisión Europea (CE) y los Estados miembros no tienen la capacidad para implementarlo de manera efectiva.
Lo recoge en el informe ‘Peligros químicos en nuestros alimentos: la política de seguridad alimentaria de la UE nos protege, pero se enfrenta a dificultades´.
Según ha informado el Tribunal de Cuentas, el informe se ha centrado en los peligros químicos potenciales que están presentes en los alimentos y ha constatado que, si bien el modelo actual de seguridad alimentaria de la Unión Europea merece del respeto en todo el mundo, es demasiado ambicioso.
Uno de los ejemplos que incluye en el texto es que el marco jurídico que regula todas las sustancias químicas en los alimentos, piensos, plantas y animales sigue en proceso de elaboración y todavía no se ha ejecutado al nivel inicialmente previsto en muchas de las disposiciones que conforman esta parte de la legislación de la UE.
Además, el Tribunal ha reconocido que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) sufre “ciertos retrasos” en su trabajo sobre las sustancias químicas, lo que afecta al “correcto” funcionamiento de partes del sistema y a la sostenibilidad del modelo en su conjunto.
«El sistema actual de la Unión se enfrenta a una serie de dificultades e incoherencias»
“La seguridad alimentaria es una cuestión de máxima prioridad para la UE, afecta a todos los ciudadanos y está estrechamente ligada al comercio. Pero el sistema actual de la Unión se enfrenta a una serie de dificultades e incoherencias”, ha señalado el organismo en el informe.
De hecho, los controles de algunos Estados miembros abarcan determinadas sustancias químicas con mayor frecuencia que otras, y los marcos jurídicos son “tan amplios” que las autoridades públicas por sí solas tienen dificultades para cumplir todas las responsabilidades que se les asignan.
En este sentido, el organismo ha señalado que los controles realizados por los organismos públicos solo pueden abarcar una pequeña proporción de todos los controles llevados a cabo, por lo que ha asegurado que la “mejor forma” de que el modelo de la Unión Europea siga siendo creíble es complementando los sistemas de control público con los del sector privado.
Recomendaciones
El informe incluye una serie de recomendaciones a la Comisión Europea para proteger la salud de los consumidores y que se deberán realizar entre 2019 y 2020.
Entre ellas, destaca la de revisar la legislación y mejorar la complementariedad entre los sistemas de control público y privado; seguir asegurando el mismo nivel de garantía para los alimentos producidos en la Unión Europea y los importados; y facilitar la aplicación “coherente” de la legislación alimentaria de la Unión Europea. La Comisión Europea ya ha aceptado estas recomendaciones.