La Entidad Estatal de Seguros Agrarios (ENESA) ha remitido a las comunidades autónomas, a las organizaciones agrarias y a Cooperativas Agro-alimentarias un cuestionario para recoger su opinión y sus propuestas sobre posibles reformas y medidas a introducir en el sistema de seguros agrarios con vistas a la mejora y sostenibilidad del mismo.
Pregunta, por ejemplo, si se considera adecuado el actual modelo de colaboración público-privada, si la contratación debería seguir siendo voluntaria o no, si habría que condicionar las ayudas a quienes suscriban un seguro o si habría que eliminar coberturas que no son viables.
Antes de formular las preguntas, el documento de ENESA presenta un análisis del seguro agrario que muestra la evolución de la contratación, la siniestralidad y las subvenciones, así como el nivel de aseguramiento por sectores. También constata el desequilibrio entre la prima de riesgo y la siniestralidad en los últimos años.
Entre las producciones agrícolas solo en el caso del plátano se asegura el 100% de la producción, lo que contrasta con la baja implantación del seguro del olivar (apenas el 11%)
Los datos del seguro agrario de los cinco últimos años muestran una relativa estabilidad en las superficies y producciones aseguradas y un incremento del capital asegurado. En cuanto al coste del seguro, el importe de las primas ha ido en aumento, pero también las subvenciones tanto de ENESA como de las comunidades autónomas.
En lo que respecta al nivel de aseguramiento, varía considerablemente entre unas líneas y otras. Entre las producciones agrícolas solo en el caso del plátano se asegura el 100% de la producción, lo que contrasta con la baja implantación del seguro del olivar (apenas el 11% de la producción).
Entre las líneas ganaderas, la de mayor implantación es la de retirada y destrucción de cadáveres (94% del censo) mientras que en vacuno de cebo el porcentaje de aseguramiento es de solo el 8% de la cabaña.
Clara “situación de desequilibrio del sistema” en los últimos años
A la luz de los datos sobre primas y siniestralidad, ENESA pone de manifiesto en su informe que las indemnizaciones han superado con creces el coste de las primas para los tomadores del seguro en los últimos años (teniendo en cuenta las subvenciones estatal y de las comunidades autónomas).
Asimismo señala que en la última década se ha producido una clara “situación de desequilibrio del sistema”, dado que la diferencia entre las primas de riesgo y la siniestralidad ha pasado a ser negativa, al crecer esta última a un ritmo muy superior.
El cuestionario
Tras el análisis sobre la situación del seguro agrario y su evolución en los últimos años, ENESA plantea una serie de preguntas tanto a las administraciones autonómicas como a los representantes del sector agrario.
En primer lugar, sobre el modelo de gestión de los riesgos que consideran que debería aplicarse en España (el actual de colaboración público-privada, sin participación pública y por compañías privadas en régimen de competencia, ‘según Enesa”…).
También pregunta si el seguro agrario debería seguir siendo de contratación voluntaria u obligatoria y si debería condicionarse la concesión de ayudas (de la UE y/o nacionales) a quienes tengan suscrito un seguro agrario; en este caso, el seguro no sería estrictamente obligatorio pero sí una condición necesaria para acceder, por ejemplo, a las ayudas de la PAC. ENESA pregunta asimismo si sería adecuado desarrollar un seguro complementario financiado con una parte del sobre de ayudas directas de la PAC.
Por otro lado, dado el desequilibrio entre primas y siniestralidad, que podría conducir al colapso del sistema, plantea si habría que actuar manteniendo o mejorando las coberturas y ajustando al alza las primas o bien ajustando las coberturas para evitar subir las primas.
Asimismo, pregunta por cómo actuar con los asegurados con alta siniestralidad (debida en muchos casos, según ENESA, a la inadaptación del cultivo a las condiciones ambientales de la zona). En relación con las coberturas, plantea si habría que revisar, o incluso eliminar, algunas que han demostrado ser inviables a lo largo del tiempo.
¿Cómo se reparte la prima?
El informe precisa que la prima comercial, o coste final del seguro que pagan entre asegurado y administraciones, está conformada por distintos conceptos. La prima base es la parte del coste directamente ligada al riesgo que asume el seguro y, junto con los gastos en peritaciones, suman el 72,8% del coste total.
A ella se incorporan otros conceptos: los recargos que cobran las entidades aseguradoras (6% del coste total), la prima de reaseguro del Consorcio de Compensación de Seguros para dotar sus reservas (6,3%), los gastos de administración de Agroseguro (3,2%) y, finalmente, los gastos y comisiones aplicados por las entidades aseguradoras y sus redes comerciales (11,7%).