En una nota interpretativa de la legislación sobre las invenciones biotecnológicas, la Comisión Europea ha precisado que las variedades de semillas obtenidas principalmente de la selección clásica no deberían poder patentarse, contrariamente a lo que hace la Oficina Europea de Patentes desde hace algunos años.
En una opinión aclaratoria, la Comisión Europea estima que las decisiones adoptadas por la Oficina Europea de Patentes de conceder patentes por variedades obtenidas por métodos de selección convencionales son contrarias a “la intención del legislador europeo” cuando adoptó la directiva sobre la protección de las invenciones biotecnológicas en 1998.
El Parlamento Europeo y el Consejo pidieron a Bruselas que aclarara rápidamente su interpretación de la legislación por considerar que solo las variedades biotecnológicas deberían poder patentarse.
Desde 1998 las técnicas de biotecnología han avanzando considerablemente y la Oficina Europea de Patentes ha concedido en los últimos años un centenar de patentes por variedades obtenidas principalmente siguiendo métodos clásicos de selección, aunque en algún momento de su concepción se haya recurrido a las biotecnologías.
La Gran Cámara de Recursos de la Oficina ha confirmado ya dos de esas patentes (por un tomate y un brócoli).
Bruselas quiere poner fin a estas prácticas. Sin embargo, por el momento nada indica que la Oficina de Patentes vaya a seguir la opinión que acaba de publicar Bruselas, ya que no tiene ninguna obligación legal.
Ello se debe, como recuerda la organización Vía Campesina, a que no todos los países que gobiernan esa Oficina (un total de 35) están sometidos a las decisiones de la Unión Europea.
Un alcance incierto
La Asociación Europea de Semillas (ESA) ha mostrado su satisfacción por esa aclaración y espera que se tenga en cuenta.
Más escéptica, la ONG No Patents on Seeds (No a las Patentes de Semillas) pide a los Estados miembros que incorporen las conclusiones de la Comisión a su derecho nacional con carácter obligatorio.
Vía Campesina ha apoyado esa propuesta y ha señalado que “la Oficina Europea de Patentes, donde los Estados miembros de la UE son mayoría, se vería obligada entonces a tomar nota y prohibir que la protección de cualquier patente no pueda ampliarse a los caracteres ‘originales’ de las plantas y los animales”.
Desde hace meses se espera otra opinión interpretativa de la Comisión Europea sobre las nuevas técnicas de selección vegetal.
Bruselas, que debe determinar si estas técnicas deben considerarse como OMG (organismos modificados genéticamente) o no, anunció que la presentaría antes de fin de año, pero las dificultades técnicas y políticas en torno a este asunto retrasarán su publicación.
En este caso se tratará de una interpretación y será el Tribunal de Justicia de la UE el que tenga la última palabra si se le presenta el asunto.