La sequía va a más y disparará el IPC de la alimentación. Por César Lumbreras

La reducción de la producción de cereales obligará a realizar importaciones récord para abastecer el mercado interior

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La sequía se ha convertido en los últimos meses en uno de los principales problemas del campo español en particular y del conjunto de la sociedad en general, con importantes repercusiones también sobre el IPC. Si no llueve de forma abundante nada más comenzar en el otoño, dentro de poco más de un mes, la situación se complicará todavía más.

En el ecuador de agosto, en las fechas en las que hay mayor consumo de agua, las reservas en los pantanos están en torno al 40% de su capacidad total, una cifra algo más alta que el año pasado por estas mismas fechas, pero por debajo de la media de la última década. La situación es especialmente preocupante en la Cuenca del Guadalquivir, que podría bajar en los próximos días del 20%. También es complicada en las cuencas internas de Cataluña.

Durante los últimos meses ha sido necesario aplicar restricciones e incluso prohibiciones en los riegos, lo que ha afectado a cultivos como el del arroz y el maíz. Es más que probable que en las próximas semanas estas medidas se tengan que ampliar ante la falta de recursos hídricos.

La sequía y la ausencia de agua y de precipitaciones ha sido una de las causas principales de la mala cosecha de cereales de otoño invierno, que se va a situar entre siete y ocho millones de toneladas. A esta cifra habría que añadir la producción de maíz, que ha comenzado a recogerse ya en las zonas más tempranas y que podría llegar a 2,5 millones de toneladas.

La sequía y la ausencia de agua y de precipitaciones ha sido una de las causas principales de la mala cosecha de cereales de otoño invierno

A la vista de estas cifras, la cosecha total se situará en torno a los 10 millones de toneladas, frente a los 18 millones de la campaña anterior, que ya fue mala, los 24 millones de 2021 y los más de 27 millones que se recogieron en 2020. Ello obligará a realizar importaciones récord para abastecer el mercado interior, tanto en lo que respecta al consumo animal como al humano.

Sin embargo, esto no se ha traducido en precios altos para los agricultores debido a las masivas compras en el exterior realizadas con anterioridad. Por otro lado, los precios de la paja han alcanzado cifras históricas. Otro producto en el que las cotizaciones se sitúan en niveles nunca vistos es el aceite de oliva; en el caso de la categoría virgen extra ya superan los 8.000 euros por tonelada y se han llegado a realizar operaciones hasta 8.500 euros. Las perspectivas para la campaña que comenzará dentro de mes y medio son malas y la producción se situará por segunda vez consecutiva entre las 600.000 y las 700.000 toneladas.

 

Información de César Lumbreras publicada el 14 de agosto en La Razón

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