Quizá a muchos les pueda sorprender que los espárragos tengan sexo, pero así es. Lo confirma una investigación, en la que ha participado Juan Gil, profesor del departamento de Genética de la Universidad de Córdoba, en la que han logrado dibujar el mapa genético del espárrago cultivado y señalar el cromosoma que determina el sexo del cultivo.
En la `Sección de Innovación´ de Agropopular (20 de octubre), el profesor afirmó que, «dentro de las especies cultivadas, hay algunas que se llaman dioicas, esto significa que hay plantas machos y plantas hembras«. En general, la mayoría de las plantas suelen tener flor hermafrodita, aunque hay otras, como el espárrago, la espinaca o la palmera, donde se diferencia el sexo.
El mapa genético es como «un mapa de carretera» que nos servirá para poder localizar aquellas regiones que tienen interés agronómico
Gil señaló que en términos agronómicos son más atractivas las plantas machos que las hembras, puesto que son más longevas y productivas. Esto se debe a que las plantas hembras «tienen que invertir energía en la formación de frutos y de semillas». Por lo tanto, es más interesante obtener variedades en las que todas las plantas sean machos.
Por ello, uno de sus objetivos es desarrollar estas variedades y, para ello, explicó que necesitan unas plantas que se llaman «súper machos», que tienen el cromosoma YY. Desarrollarlas lleva mínimo 3 años, sin embargo, «si tuviésemos un marcador, podríamos acortar el periodo de tiempo en un año», añadió.
El mapa genético es como «un mapa de carretera donde hay muchos puntos kilométricos que nos servirán para poder localizar aquellas regiones que tienen interés agronómico, entre ellas, el sexo, que tiene una gran importancia en este cultivo«.
Según el investigador, este descubrimiento «es un pequeño grano de arena», todavía les queda mucho camino por recorrer.
Escuche la Sección de Innovación con Juan Gil
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