En el mercado nacional de cereales se anotaron subidas generalizadas en los precios durante la semana pasada, según los últimos datos recopilados por la Asociación de Comercio de Cereales y Oleaginosas de España (ACCOE).
El aumento más significativo se registró en el precio del trigo duro que subió 3,8 euro por tonelada, al pasar de 195,33 euros a 199,17 euros por tonelada.
El precio de la cebada registró un aumento de 1,9 euros por tonelada, al pasar de 186,15 euros a 188,09 euros por tonelada. El trigo blando subió ligeramente 0,8 euros por tonelada, cotizando a 195,47 euros por tonelada. La cebada de malta se situó de media en 201 euros por tonelada, es decir, 1 euro por tonelada más.
Por el contrario, el maíz bajó ligeramente 0,5 euros por toneladas y cotizó a 182,33, según los datos de ACCOE.
La importancia de unas previsiones ajustadas
Unas previsiones y estimaciones de cosecha ajustadas, que anuncien a tiempo reducciones de las mismas, o producciones excepcionales, o cantidades situadas en la media son cruciales para que productores, exportadores, importadores y empresas adopten decisiones basadas en la información para garantizar la seguridad alimentaria y la continuidad económica. Y ahora eso es más necesario que nunca, dada la experiencia de los últimos años, en los que se han dado episodios meteorológicos extremos, en ocasiones sin precedentes, que han impactado considerablemente en los volúmenes de producción.
Esta es la conclusión de un artículo publicado el 18 de octubre por el Centro Común de Investigación de la UE, que evalúa 440 cultivos en 25 Estados miembros de la Unión Europea entre los años 1992 y 2013.
El Centro europeo constata que en años con rendimientos elevados las previsiones se quedaron normalmente por debajo del resultado obtenido finalmente y que en años con rendimientos bajos las previsiones realizadas en el mes de julio apuntaban a un resultado más alto en un 10% aproximadamente.
Los autores del artículo subrayan que las predicciones tendrán que mejorar para lidiar con unas condiciones climáticas y meteorológicas muy cambiantes. Una recopilación de datos más rápida permitiría un uso mejor y más actualizado de información en tiempo real de los cultivos, combinado con observaciones de los satélites Copernicus Sentinel.