Sin cuestionar la propuesta de la Comisión Europea para la revisión de la directiva sobre los suelos, los ministros de Medio Ambiente de la UE consideran que deberían mejorarse los criterios para definir lo que se entiende por un suelo sano y la financiación del futuro dispositivo de vigilancia. Muchos también temen una sobrecarga administrativa.
Los 27 critican el principio de «uno fuera, todo fuera”, que clasifica un suelo como degradado cuando se incumple uno solo de los criterios de seguimiento, y lo consideran demasiado «simplista». Quieren limitar el número de indicadores según el tipo de suelo y su uso (industrial, agrícola, etc.).
Los ministros de Medio Ambiente de la UE consideran que deberían mejorarse los criterios para definir lo que se entiende por un suelo sano y la financiación del futuro dispositivo de vigilancia
En opinión de la República Checa, «sería mejor definir un conjunto de indicadores en función de cada tipo de suelo». Varios Estados miembros (Polonia y Bélgica entre ellos) recordaron asimismo la necesidad de no poner en tela de juicio los sistemas ya existentes a nivel nacional para la vigilancia de los suelos.
En 2014, la Comisión Europea tuvo que abandonar su propuesta de directiva sobre los suelos debido al bloqueo, durante años, de un puñado de Estados miembros (Francia, los Países Bajos y Austria en particular). Estos tres países parecen ahora menos reacios, pero siguen pidiendo que se respete el principio de subsidiariedad.
En todo caso, Bélgica, que presidirá el Consejo de la UE en el primer semestre de 2024, espera lograr una orientación general del Consejo sobre esta cuestión en la reunión de los ministros de Medio Ambiente de junio.