Acuerdo sobre la futura directiva relativa a la salud y la vigilancia de los suelos de la UE

Suelos UE: Acuerdo sobre la futura directiva relativa a la salud
Imagen de archivo de Pedro Pablo García de cómo están los suelos de los olivares en Robledo del Mazo (Toledo).

Las instituciones europeas han alcanzado un acuerdo sobre la futura directiva relativa a la salud y la vigilancia de los suelos de la UE. Por el momento, el texto deja mucha flexibilidad a los Estados miembros y no impone obligaciones adicionales a los agricultores.

Los negociadores del Parlamento Europeo y de la presidencia polaca del Consejo de la Unión Europea alcanzaron hace unos días un acuerdo político provisional sobre la propuesta de directiva de la Comisión Europea relativa a la salud y la vigilancia de los suelos.

En el centro de esta ronda final de conversaciones estaba la cuestión de las prácticas sostenibles de gestión del suelo por parte de los agricultores, un tema que ya hizo fracasar las discusiones a finales de 2024. Y es el Parlamento el que ha tenido la última palabra: para proteger a agricultores y silvicultores, se ha acordado no imponerles nuevas obligaciones.

La directiva obligará a los Estados miembros a ayudar a los agricultores a mejorar la calidad y resiliencia de los suelos

En su lugar, la directiva obligará a los Estados miembros a ayudar a los agricultores a mejorar la calidad y resiliencia del suelo.

Estas medidas de apoyo podrán incluir un asesoramiento independiente, actividades de formación, así como el fomento de la investigación y la innovación y la sensibilización sobre los beneficios de la resiliencia del suelo.

Los Estados miembros también tendrán que evaluar periódicamente las necesidades financieras de los agricultores y silvicultores para mejorar la calidad y resiliencia de sus suelos.

En general, esta directiva sobre los Suelos debería permitir fijar un objetivo de buena salud de los suelos para 2050, pero sin objetivos intermedios vinculantes. Para lograrlo, prevé un marco de seguimiento armonizado. Pero dada la complejidad de los suelos, la directiva deja a los Estados miembros un margen considerable para adaptar su enfoque a las condiciones locales.

Herramientas de vigilancia a la carta

El acuerdo mantiene el concepto de descriptores comunes del suelo (parámetros físicos, químicos y biológicos). También introduce clasificaciones para describir la salud de los suelos, basadas en valores objetivo no vinculantes y valores de activación operativos “establecidos a nivel de Estado miembro para cada descriptor del suelo, con el fin de priorizar y aplicar progresivamente medidas que conduzcan a un estado saludable de los suelos”. Se han incluido asimismo los primeros pasos hacia la vigilancia de los PFAS y los plaguicidas.

Introduce clasificaciones para describir la salud de los suelos, basadas en valores objetivo no vinculantes y valores de activación operativos “establecidos a nivel de Estado»

Por último, también sin obligaciones, la nueva directiva establecerá principios para mitigar la artificialización del suelo, centrándose en sus aspectos más visibles: la impermeabilización y la extracción de tierra.

El Parlamento Europeo y el Consejo deben dar ahora su visto bueno a este compromiso para su adopción definitiva. Al tratarse de una directiva, los Estados miembros deberán incorporar sus principios a sus legislaciones nacionales en un plazo de tres años.

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