La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) ha realizado un balance en el sector agrícola y ganadero del año 2017. En general, lo ha calificado de “dramático” para las explotaciones agrícolas y ganaderas españolas.
A su juicio, la principal causa de esta valoración negativa ha sido provocada por la sequía, la más grave desde 1995 y una de las peores desde que hay registros. A esto se suma la ausencia de planes y medidas políticas para hacer frente a la falta de precipitaciones, que considera que ha contribuido a agravar sus efectos.
Según la UPA, las pérdidas por la sequía en el sector superan los 3.600 millones de euros en todo el año.
Por otro lado, sobre las macrocifras hechas públicas por el Gobierno (que aseguran que la renta agraria subió un 5% este ejercicio), la organización ha puesto en entredicho los datos porque, a su juicio, no dan una visión real de lo que está pasando en el campo.
El ejemplo más significativo del desequilibrio sería la fruta de hueso que, según el IPC, se encareció un 10,4% al consumidor, mientras que en origen solo lo hizo un 0,7%, lo que demuestra, a su modo de ver, la urgencia de un cambio en la Ley de Cadena Alimentaria, que deberá afrontarse sin falta en 2018.
UPA cree que, sobre todo en materia de sequía y de cadena agroalimentaria, el Gobierno ha optado por “seguir en funciones”, incurriendo en una “dejación de funciones y una inacción escandalosas”.
